Si no pensamos…
Bobby Sands no es un nombre desconocido, asalta la memoria y hace recordar las miserables acciones de un Gobierno deplorable, el de Margaret Thatcher, en Gran Bretaña.
Bobby Sands, un hombre que sufrió desde su infancia discriminación y abusos en el colegio y el barrio. Era católico, lo mismo que toda su familia. En el barrio donde se instalaron, Bobby fue intimidado, discriminado e insultado en las calles. Decidieron mudarse a un área donde el 30 por ciento de la gente era católica.
Belfast no era una taza de leche para los católicos, y de hecho no era una taza de leche para nadie. Eran los días del IRA, un ejército de liberación que utilizaba el terrorismo como arma para lograr sus objetivos de independencia.
Bobby se hizo militante de esa fuerza, con la clara intención de liberar su tierra y de hacer prevalecer los derechos de los irlandeses.
Fue arrestado y enviado a la cárcel, al infame bloque H. Muchas eran las demandas de los prisioneros políticos y muchas eran las negativas del gobierno central, es decir Londres.
Bobby se declaró en huelga de hambre. El Gobierno no tomó en cuenta su demanda puesto que era un prisionero; si no se adaptaba a las leyes, era su problema.
Bobby murió por inanición después de 66 días de huelga de hambre.
Hoy, tenemos en Bolivia huelgas de hambre. Gente que de motu proprio lanza su demanda de democracia y de respeto al resultado del referendo del 21F que rechazó la reelección a la presidencia del binomio Morales- García.