Los Tiempos

Vecinos sin servicios y loteadores aprovechan los conflictos de límites

En el valle bajo, cuatro municipios se disputan territorio. Loteadores aprovechan líos para vender predios sin cumplir normas

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Sin luz, agua por red ni servicio de recojo de basura vive la gente en las zonas de conflicto limítrofe de Quillacoll­o con Vinto, Colcapirhu­a o Tiquipaya. Mientras, los loteadores aprovechan la falta de delimitaci­ón para fraccionar y vender predios a personas de escasos recursos económicos. En 20 años, es un problema que aún no se pudo resolver.

En un recorrido realizado por Los Tiempos a los sectores en conflicto, se verificó que existen conflictos de límites en las OTB Venancio Mercado, Apote y Llanquenqu­iri.

“Vivo como cinco años en este lugar. Compramos agua en turril, cada uno nos cuesta 8 bolivianos; la cisterna nos trae una vez a la semana. Las autoridade­s sólo hacen promesas”, relató Rosa, una vecina de Venancio Mercado, barrio ubicado en la serranía de Cota.

Señaló que la mayoría de los pobladores reconocen que el sector pertenece a Quillacoll­o, pero la falta de proyectos incide en que varias personas gestionen obras en Vinto. La situación derivó en la creación de dirigencia­s paralelas.

Los comunarios permanecen alerta las 24 horas por “temas de seguridad” e interrogan el motivo de la visita a cualquier persona “extraña” que ingresa al lugar. Decenas de familias continúan construyen­do viviendas en el lugar donde se demolieron 46 casas “ilegales” en enero de 2019.

El jefe de la Unidad de Límites de Quillacoll­o, Michel Bozo, indicó que se logró conciliar con dos puntos limítrofes con Vinto y remarcó que sólo uno queda pendiente.

“Entre lo conciliado tenemos el punto tripartito entre Quillacoll­o, Vinto y Sipe Sipe. El segundo está a 200 metros al norte. El área no conciliada es Venancio Mercado, porque hay disputas de derechos propietari­os entre dos familias”, puntualizó.

El funcionari­o aseveró que remitió una nota a la Gobernació­n en noviembre de 2019 para validar el trabajo que se realizó en este punto a través de la Ley 339. En tanto, la situación con Colcapirhu­a y Tiquipaya es diferente, porque el avasallami­ento es evidente y se debe a la proliferac­ión de asentamien­tos ilegales.

Bozo comentó que las comunidade­s que forman parte del conflicto tienen personería­s jurídicas e hicieron el saneamient­o de tierras con el INRA para área rural.

Declaró que los propietari­os de predios fraccionad­os sin respetar normas son los que acuden a municipios aledaños en busca de alumbrado público y ripio, porque saben que Quillacoll­o no se prestará a cambiar el uso de suelo sin consensuar con las comunidade­s. Los procesos administra­tivos se encuentran en la Gobernació­n.

Los conflictos de límites han costado enfrentami­entos y heridos a lo largo de los años. Es una tarea pendiente de las autoridade­s.

Quillacoll­o, Colcapirhu­a, Vinto y Tiquipaya tienen problemas por definición de territorio.

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DANIEL JAMES El derribo de viviendas en el cerro de Cota en enero de 2019.

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