K’ara K’ara
Los continuos conflictos por la basura urgen a una solución definitiva.
El botadero de K’ara K’ara “no puede seguir así”, porque el bloqueo en plena pandemia desnudó que se arrastran los mismos problemas que hace 30 años: contaminación, falta de manejo y presión social. Pero, además, ahora se ha visto que se puede cerrar por cualquier motivo, reflexionaron los participantes del conversatorio virtual que organizó Los Tiempos.
La demógrafa y coordinadora del Centro de Planificación y Gestión (Ceplag) de la UMSS Carmen Ledo y el asambleísta departamental Freddy Gonzales expresaron, en el foro “Emergencia social y ambiental en K’ara K’ara”, que se necesita trabajar en el manejo integral de residuos y en dignificar la vida alrededor del vertedero.
El último bloqueo del botadero dejó a la ciudad indefensa con 6 mil toneladas de basura amontonadas, 14 de residuos hospitalarios.
“El surgimiento de esta pandemia está visibilizando todos los problemas que ya estaban presentes en K’ara K’ara, pero ahora se van a agudizar más porque durante más de 30 años nuestros alcaldes no han solucionado este problema”, alertó Ledo.
Además, señaló que el botadero debe convertirse en un bosque porque los lixiviados “no se perderán por lo menos en 300 años”.
El asambleísta recordó que en 2012 se encomendó una auditoría ambiental de K’ara K’ara a la Gobernación de Cochabamba con 5,6 millones de bolivianos. Después de ocho años, aún no hay ningún resultado y tampoco se han devuelto los recursos al municipio.
“En 2018 hemos tenido la promesa del gobernador Iván Canelas, que dijo: ‘Ya hay una empresa para la nueva planta de tratamiento de residuos sólidos para todo el eje metropolitano’ y por ende para el departamento”, cuestionó.
Propuestas
Los panelistas apuntan a seis posibles soluciones y demandan mayor voluntad política de las autoridades municipales, departamentales y nacionales para contar con una planta de manejo de residuos.
Las propuestas van desde el cierre definitivo del botadero hasta planes de reciclaje y la impermeabilización de este relleno controlado.
Las propuestas que señalan Ledo y Gonzales son: primero, una readecuación de
los asentamientos de la zona, porque el crecimiento se dio de una manera irregular y sin ninguna planificación; segundo, un plan de resarcimiento para las familias que viven cerca del botadero para que la población sea alejada de esa zona; tercero, una impermeabilización del botadero para evitar que los lixiviados, que salen de la basura sigan llegando hasta los sembradíos de algunas comunidades del valle bajo.
“Lamentablemente, nuestros lixiviados del botadero llegan hasta Capinota, a esa zona donde se cultivan nuestros vegetales frescos que consumimos día a día. Es por eso que todos los cochabambinos debemos involucrarnos en este problema, porque si no, también la contaminación llega mediante las verduras que consumimos”, explicó Ledo.
La cuarta propuesta es mejores políticas para el reciclaje de los residuos; la quinta, el cierre definitivo del botadero y convertir la zona en un bosque urbano, y la sexta, construir una planta de tratamiento de residuos.
El legislador dijo que solicitará los planes que tienen la Alcaldía y la Gobernación. Lo mismo hará con los demás municipios, “porque lo que pasa en K’ara K’ara pasa en las cinco regiones del departamento”.
Compensación
Las tres mancomunidades del entorno del botadero: K’ara K’ara, en el primer anillo; Arrumani, en el segundo, y Pampa San Miguel, en el tercero, reciben anualmente más de 50 millones de bolivianos del plan de contingencia, pero priorizan obras de cemento que facilitan el loteamiento.