Se hunde el Cerro Rico por la angurria cooperativa
Es necesario prestar atención a la reiterada denuncia del periodista potosino Juan José Toro Montoya. Denuncia valiente que le costó tremenda paliza por desconocidos malhechores al amparo de las sombras y el desamparo.
Ha vuelto a prevenir al mundo, porque de eso se trata, de un testimonio histórico, escenario de la grandeza potosina que ubicó al Cerro Rico en el centro del escudo de armas de la Nación, pero también en el pasado histórico porque los tesoros acumulados en las entrañas de la montaña de plata le dieron lustre, esplendor y riqueza sin par. Cuando el historiador y periodista ató cabos y estableció la verdad encontró que los minerales de la cumbre famosa eran explotados 24 horas al día y durante 365 días al año para beneficio de una cooperativa (en realidad una empresa minera bajo nominación forzada y errónea para burlar la ley y beneficiarse del régimen cooperativo que no paga impuestos ni tiene planilla de trabajadores.
El denunciante no se opone a la “extracción cooperativa”, pide que se cumpla una labor previa de conservación. Hoy en día, un reducido grupo se beneficia explotando
óxidos de plata que contienen alto porcentaje
de pureza argentífera.
El clamor de Toro Montoya debería conmover al resto de los potosinos y bolivianos que deberían poner coto a esa explotación que amenaza desdibujar el cono del Cerro cuya imagen figura al centro de nuestro escudo.
El denunciante no se opone a la “extracción cooperativa”, pide que se cumpla una labor previa de conservación. Hoy en día, un reducido grupo se beneficia explotando óxidos de plata ( desmontes) que contienen alto porcentaje de pureza argentífera y otros minerales.
En lo referente a la búsqueda y hallazgo de otras fuentes para subsidiar a los mineros que podrían quedarse sin su yacimiento, dice el historiador y cronista que sí, la autoridad encontró otras minas, pero los pobladores se niegan a aceptar a los “cooperativistas” y prefieren que las minas no se exploten por el momento.
Concluye nuestro reclamo, el de Toro Montoya que hacemos nuestro todos los potosinos de todas partes del mundo. El Cerro Rico no puede desaparecer, con su hundimiento se sumergiría bajo tierra, gran parte de la historia de Bolivia y el tributo que le rinde la humanidad a tan notable testimonio y esto es algo tan valioso que no lo podemos permitir ninguno de todos los bolivianos.