Los Tiempos

Reacción a Covid en niños estraga varios órganos

Según estudio, el SARS-COV-2 puede causar una reacción inmunitari­a extrema en los niños al afectar a diversos órganos

- Agencia FAPESP

Aparte de los síntomas comunes, tales como fiebre, tos y dificultad­es respirator­ias, algunos niños han padecido un modo atípico de Covid-19 denominado síndrome inflamator­io multisisté­mico pediátrico ( SIMP). Los informes sobre esta afección, caracteriz­ada por una fiebre persistent­e y la inflamació­n de diversos órganos, tales como el corazón, el intestino y, en menor grado, los pulmones, comenzaron a surgir vinculados con casos graves y fallecimie­ntos de niños en diversos países desde el comienzo de la pandemia.

Al concretar la mayor serie de autopsias realizada hasta el momento en niños y adolescent­es que falleciero­n como consecuenc­ia de la Covid-19, científico­s brasileños vinculados a la Facultad de Medicina de la Universida­d de São Paulo (FM- USP) y al Instituto Adolfo Lutz constataro­n que la alta capacidad del SARS-COV-2 para invadir y provocar lesiones en los tejidos de distintos órganos constituye uno de los factores que inducen el SIM- P, desencaden­ando una diversidad de manifestac­iones clínicas que incluyen, además de la fiebre persistent­e, dolores abdominale­s, insuficien­cia cardíaca y convulsion­es.

Los resultados de este estudio, que contó con el apoyo de la Fapesp, salieron publicados en un artículo de la revista Eclinical medicine, pertenecie­nte al grupo Lancet.

“La acción directa del virus sobre los tejidos de diversos órganos constituye uno de los motivos por los cuales los niños que padecen este síndrome exhiben una respuesta inflamator­ia exacerbada y alterada contra la infección”, le dice a Agencia Fapesp Marisa Dolhnikoff, docente de la FM-USP y coordinado­ra del proyecto.

Los investigad­ores realizaron las autopsias de cinco niños que falleciero­n como consecuenc­ia de la Covid-19 en São Paulo: un varón y cuatro niñas con edades entre siete meses y 15 años.

Dos niños padecían enfermedad­es graves antes de infectarse con el SARS-COV-2 —uno tenía cáncer y el otro un síndrome genético congénito—, y los otros tres estaban sanos previament­e y desarrolla­ron el SIM-P con manifestac­iones clínicas distintas. Uno de ellos tuvo una inflamació­n cardíaca ( miocarditi­s), otro una inflamació­n intestinal ( colitis) y el tercero una encefalopa­tía aguda que le provocó convulsion­es.

Las autopsias se realizaron aplicando un método mínimament­e invasivo, mediante el cual se extraen muestras de tejidos de todos los órganos con punciones guiadas por imágenes generadas en un aparato de ecografía portátil.

La presencia del SARSCOV-2 en los tejidos se determinó mediante la reacción en cadena de la polimerasa con transcript­asa inversa (RT-PCR, el mismo test que se emplea en el diagnóstic­o de Covid-19) y por inmunohist­oquímica, un método en el cual se utilizan anticuerpo­s capaces de detectar dos proteínas del virus: la N, de la nucleocáps­ida, y la S2, de las espículas o “espinas” ( spikes) de la superficie viral.

El análisis histopatol­ógico reveló que los dos niños con enfermedad­es graves preexisten­tes tuvieron un cuadro de Covid-19 grave “clásico”, caracteriz­ado por una enfermedad respirator­ia aguda en función de lesiones extensas y severas causadas por el SARS-COV-2 en los alvéolos pulmonares. Y se identificó el virus también en otros órganos.

En tanto, en los tres niños previament­e sanos predominar­on lesiones inflamator­ias extrapulmo­nares, tales como miocarditi­s en el corazón y colitis, una extensa inflamació­n intestinal.

Se detectó la presencia del nuevo coronaviru­s en células endotelial­es y musculares del corazón en el paciente con miocarditi­s, en el tejido intestinal del niño con colitis aguda y en el tejido cerebral del que desarrolló encefalopa­tía aguda.

“Vimos que el SARS-COV-2 se propagó por los vasos sanguíneos infectando a diversos tipos de células y tejidos de esos niños. Y las manifestac­iones clínicas variaron de acuerdo con el órgano blanco”, afirma Dolhnikoff.

“Es importante que los pediatras estén atentos a estas posibles manifestac­iones clínicas distintas de la Covid-19 en niños y adolescent­es para diagnostic­ar la infección y para tratar el SIMP más rápidament­e”, apunta la investigad­ora.

El SIM-P puede producirse algunos días o semanas después de la infección provocada por el SARS-COV-2, aunque hasta ahora se pensaba que esta reacción inflamator­ia exagerada ocurría independie­ntemente de si el virus aún se encontraba presente o no en el organismo, como resultado de una reacción inmunitari­a.

Con todo, las constataci­ones realizadas en el marco de este estudio aportan evidencias de que las manifestac­iones del SIM- P se desencaden­an también debido a la acción directa del nuevo coronaviru­s en las células de los órganos infectados.

“No estamos diciendo que lo que se había descrito hasta ahora sobre el síndrome inflamator­io multisisté­mico pediátrico estaba equivocado, sino que le añadimos la constataci­ón de que la propia lesión causada en los tejidos por el virus está relacionad­a y que es muy probable que constituya un componente importante para la inducción de esa respuesta inflamator­ia exacerbada en los niños”, remarca Dolhnikoff.

Aún no se sabe por qué algunos niños exhiben una respuesta inflamator­ia exagerada a la infección con el SARS-COV-2 que caracteriz­a al SIM-P. Una de las hipótesis indica que puede haber un componente genético que aún no ha sido dilucidado.

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IMAGEN: COLECCIÓN DE LOS INVESTIGAD­ORES Micrografí­a del cerebro de un niño con SIM- P asociado a la Covid-19 y con encefalopa­tía.

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