Compromiso para moderar las antípodas
Hace dos semanas, la derechista Keiko Fujimori y el izquierdista Pedro Castillo, sellaron sus firmas en un pacto denominado “Proclama ciudadana”, que tiene como objetivo fundamental respetar la institucionalidad democrática si llegan al poder.
Ambos candidatos antagónicos se comprometieron a mantener el orden constitucional, a respetar y defender el derecho fundamental a la vida, garantizar los derechos humanos de la población y la libertad de prensa. Asimismo, prometieron que no van a buscar ni intentar ningún mecanismo de reelección al culminar su mandato en 2026.
Los programas de gobierno de ambos candidatos son ampliamente opuestos. Mientras Fujimori defiende el libre mercado, Castillo apuesta por un rol económico activo del Estado, incluyendo nacionalizaciones de empresas. Sin embargo, ambos coinciden en varios temas: ambos son provida, defienden la familia tradicional, no dan prioridad a los derechos de la comunidad LGTBI ni al enfoque de género en las escuelas.
Pero ambos candidatos están en posiciones muy extremas y ninguno de los dos extremos le haría bien al Perú.
El fujimorismo ya cuenta con un registro de malos manejos institucionales.
Por el lado de Castillo, si bien no ha sido autoridad ni gobierno, los aliados que tiene y el ideario que presenta, contra empresas transnacionales y organismos constitucionales, dejan la duda de si sería un presidente democrático.
En el ámbito económico, Fujimori ofrece un capitalismo popular y Castillo la estatización, pero ninguna de las propuestas sería actualmente viable.
En estas condiciones acude Perú, con inestabilidad política desde 2016, a unas elecciones que amenazan con polarizar al país.