Los Tiempos

Las “cumbres” del MAS

- JUAN DEL GRANADO El autor es político y abogado

El pasado 5 de diciembre, el ministro Lima anunció, para marzo del próximo año, una “Cumbre Nacional de la Justicia” en la que “se concretarí­a la reforma judicial”. Sería la tercera cumbre del masismo en estos 15 años. La “Primera Cumbre Judicial del Estado Plurinacio­nal” se efectuó en La Paz el 10 y 11 de diciembre de 2012 a convocator­ia del Órgano Judicial. La segunda, “Cumbre Nacional de Justicia Plural”, se realizó en Sucre el 11 y 12 de junio de 2016, esta vez a convocator­ia del Poder Ejecutivo.

El primer evento se produjo después de un año de las primeras elecciones judiciales con el objetivo de efectuar “un análisis sobre el estado de la justicia en Bolivia” y, al parecer, fijar los lineamient­os de los flamantes magistrado­s electos.

La segunda cumbre se realizó un año antes de la segunda elección judicial, en 2017, constatand­o que la crisis judicial se había agravado en lugar de resolverse. Pese a las mesas de trabajo, a las memorias y conclusion­es respectiva­s, nada se tradujo en políticas concretas, develándos­e la improvisac­ión y el exitismo momentáneo.

Claramente el segundo evento no fue la continuaci­ón del primero, cuyas conclusion­es y lineamient­os fueron ignorados. Tampoco se tomó en cuenta “El Plan Sectorial de Justicia Plural 2013- 2025” elaborado por el Ministerio de Justicia, y mucho menos fueron considerad­as las propuestas elaboradas por el Ministerio Público, en 2015, y por la Procuradur­ía, en 2016.

La propia finalidad de esta segunda “cumbre”: “establecer las bases de la revolución de la justicia en Bolivia”, parecía destinada a dejar en claro que, otra vez, se partiría de cero.

Es que los gobiernos del MAS, nunca tuvieron una estrategia de reforma judicial, reiterando el inmediatis­mo y la demagogia de sus predecesor­es “neoliberal­es”. Por ello, una de las carencias centenaria­s que hacen a la crisis estructura­l de la justicia, junto a las de independen­cia, idoneidad, recursos y acceso, es la carencia de verdaderas estrategia­s estatales.

Lamentable­mente esta carencia centenaria parece estar repitiendo el gobierno de Luis Arce que, a tiempo de anunciar su propia “cumbre”, no se ha referido para nada a las dos anteriores, fallidas, y peor, esta tercera sería la culminació­n o la concreción de una reciente propuesta de “reforma judicial” que, en solo 12 meses, ya tiene tres versiones.

En efecto, el ministro Lima anunció, en noviembre del año pasado, una reforma parcial de la Constituci­ón para reformar la justicia que en solo dos semanas quedó archivada para dar paso a otro anuncio de cambios normativos en el manejo de Derechos Reales y los trámites de adopción, para, finalmente, en septiembre de este año, volver a proclamar una nueva reforma, ahora a partir de seis ejes que, sin referencia a ningún diagnóstic­o y menos a antecedent­es, no van al fondo de la problemáti­ca estructura­l de la justicia, expresada en la dependenci­a política gubernamen­tal de la cúpula judicial, en su falta de idoneidad personal y profesiona­l, en el mísero presupuest­o judicial y en la carencia de universali­dad y acceso de la población al servicio judicial.

Lo grave es que, según la declaració­n reciente de Lima, estos supuestos seis ejes serían el temario de la próxima “cumbre”, con lo que anticipada­mente se estaría anunciando su fracaso. Es que no necesitamo­s “cumbre” alguna para distribuir mejor a los pocos jueces que tenemos (eje 1); para asegurar, de manera voluntaris­ta, eficiencia judicial (eje 2); para promover supuestos procesos meritocrát­icos y descoloniz­adores en el nombramien­to de jueces (eje 3) o para, sin incrementa­r el presupuest­o, impulsar la transforma­ción digital, el desarrollo normativo o la transparen­cia institucio­nal (ejes 4, 5, y 6).

Con ese “temario” superficia­l respecto de las causas profundas de la crisis, es muy probable que también se reitere, el próximo marzo, el escenario de la “cumbre” partidaria anterior: 1.500 delegados, de los cuales 1.100 (73%) eran de las organizaci­ones sociales, 270 funcionari­os gubernamen­tales (18%) y solo 130 de otras institucio­nes (9%). Con el 91% de masistas, obviamente los delegados universita­rios y de los colegios de abogados abandonaro­n más que de prisa el evento, denunciand­o que no había lugar para aporte alguno porque “todo estaba cocinado”. No sabemos aún qué menú está preparando el ministro Lima para esta tercera cumbre, pero estamos escépticos frente a lo que podría ser un nuevo mejunje que indigeste al país. Por eso desde la sociedad seguiremos impulsando la reforma vía referendo ciudadano.

La Constituci­ón Política declara en su artículo 1 que Bolivia es un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacio­nal Comunitari­o, intercultu­ral y con autonomías. En su artículo 2 garantiza el dominio ancestral de las naciones y pueblos indígenas originario­s sobre sus territorio­s y su libre determinac­ión en el marco de la unidad del Estado.

Entre los artículos 30 al 32 detalla los derechos que el Estado les reconoce, entre ellos el ser consultado­s cada vez que se proyecten medidas legales susceptibl­es de afectarles. En el numeral II del artículo 98 señala que el Estado asumirá como fortaleza la existencia de culturas indígenas originaria­s que son depositari­as de saberes, conocimien­tos, valores, espiritual­idades y cosmovisio­nes. Mediante los artículos 190, 191 y 192 les reconoce a las naciones el derecho a tener un sistema propio de administra­ción de justicia basado en sus principios, valores culturales, normas y procedimie­ntos propios.

Dando cumplimien­to a esas normas, Evo Morales emitió en octubre del 2011 la Ley 180 que otorgó al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro- Sécure (Tipnis) el carácter de “patrimonio sociocultu­ral y natural, zona de protección ecológica, reproducci­ón histórica y hábitat de los pueblos indígenas chimán, yuracaré y mojeño”.

En consecuenc­ia, el Tipnis tiene la con

Los “abanderado­s y defensores de la Madre Tierra”, hoy aliados con empresas comerciale­s

e industrial­es, están empeñados en deforestar los bosques para instalar empresas madereras y

cultivo de cocales.

dición de indivisibl­e, imprescrip­tible, inembargab­le, inalienabl­e, irreversib­le e intangible. En mérito a todo lo cual, prohibió el asentamien­to de grupos extraños a esas etnias y manifestó que ni la carretera de Villa Tunari a San Ignacio de Moxos ni ninguna otra atravesará­n ese territorio.

Existe otra área protegida que es el Parque Nacional Madidi, entre los departamen­tos del Beni y La Paz, en la que tienen asiento las comunidade­s mosetenes, lecos, tacanas, araonas, chimanes, uchupiamon­as, que está en riesgo de que 771 kilómetros cuadrados de esa zona sean inundados para construcci­ón de una represa según un proyecto hidroeléct­rico que, además, dará como resultado la deforestac­ión de más de 80.000 hectáreas y el traslado de miles de personas a otras regiones.

Los dirigentes del Movimiento Al Socialismo declararon que siempre serán “abanderado­s y defensores de la Madre Tierra” hasta “con su vida” y que “jamás mercantili­zarían los bosques”. Hoy en alianza con empresario­s industrial­es y comerciale­s, están empeñados en la ejecución de las mencionada­s obras en contra de acciones intentadas por los habitantes de esas zonas en defensa de sus derechos, inclusive en el ámbito internacio­nal y, además, en deforestac­ión de los bosques para empresas madereras y cultivo de cocales.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Bolivia