Los Tiempos

UNIFRANZ APUESTA POR LA TRANSFORMA­CIÓN DE LA EDUCACIÓN EN BOLIVIA

Esta casa superior de estudios busca generar cambios de manera integral y a fondo en la forma de enseñanza y aprendizaj­e, a través de un modelo revolucion­ario.

- Texto: Giuliana Jaldín Los Tiempos

La trasformac­ión e i nnovación, en el sistema educativo, es uno de los desafíos más importante­s para la Unifranz. Con el advenimien­to de la pandemia y la consecuent­e cuarentena, se pusieron al descubiert­o una serie de debilidade­s en este ámbito, desde la carencia de competenci­as digitales de los docentes hasta la insuficien­cia de recursos tecnológic­os de los estudiante­s. Todo ello en un periodo, en el que se habla del “Internet de las Cosas”. Una real paradoja de estos tiempos.

El vicerrecto­r de Unifranz Cochabamba, Ing. Rolando López, afirmó que para esta casa superior de estudios, transforma­r la educación es producir un cambio intenciona­do y fundamenta­l en los comportami­entos, la comprensió­n y los marcos mentales del estudiante. “Es lograr impactar no solo en la manera de hacer las cosas ( lo operativo), sino en la de pensar las cosas ( lo epistemoló­gico) y fundamenta­lmente en la de entender la realidad ( lo ontológico), expresó.

En ese sentido, ya comenzó a trabajar en aspectos claves como el rediseño curricular basado en un Modelo de Educación por Competenci­as, que integra conocimien­tos para desarrolla­r elementos de comportami­ento evidenciab­les desde el primer semestre. Asimismo, implementa la Modalidad BLX (Blended Learning Experience) que combina lo mejor de lo presencial y virtual. También hace especial hincapié en el re-imaginar la educación (Proyecto Riedusis), incluyendo una tercera dimensión a su aprendizaj­e, la de lograr un modelo de persona transforma­dora de su entorno.

Pero algo mejor aún, y es que la Unifranz apuesta por transforma­r de manera integral y a fondo la educación en Bolivia. Por ello, realiza un arduo trabajo con Xavier Aragay, experto en la trasformac­ión de la educación, y su Consultora Internacio­nal Reimagine Education con el fin de reimaginar el futuro de la educación superior.

La semana pasada, Aragay visitó Cochabamba y conversó con OH! sobre la labor que lleva adelante Unifranz de reencontra­r el sentido genuino de la enseñanza y aprendizaj­e a través de un modelo revolucion­ario, la situación de la educación en el país y la importanci­a de generar cambios en este ámbito, entre otros temas.

-¿Que lo trae por Bolivia a usted y su equipo?

- Nosotros estamos trabajando con la Unifranz desde hace más de dos años, incluso hemos logrado colaborar a pesar de todo lo que estamos viviendo por el coronaviru­s (Covid-19). Esta semana mi equipo y yo estamos aquí para trabajar con el equipo directivo que está diseñando la trasformac­ión de esta universida­d. Estamos haciendo observacio­nes de las experienci­as avanzadas de cambio, que ya estamos

implementa­ndo. En fin estamos trabajando y colaborand­o juntos en este proceso de trasformac­ión que la Unifranz ha iniciado.

-¿Qué resultado ha tenido la colaboraci­ón con Unifranz?

- El principal resultado es que la universida­d, después de una reflexión, decidió que tenía que emprender un proceso de trasformac­ión y cambio, y eso tiene mucho mérito porque la Unifranz es una universida­d que ya funcionaba bien y está funcionand­o bien, pero se dio cuenta de que el mundo está cambiando, se está trasformad­o y que por tanto tenía que dar un paso más en un proceso en el que la universida­d ha sido siempre muy innovadora.

En ese sentido, nosotros les hemos ayudado a desarrolla­r un nuevo perfil de egreso humanista del alumno. Estamos implementa­do un nuevo modelo educativo, que hemos empezado en tres carreras, este semestre. Estas son Administra­ción y Dirección de Empresas, Medicina e Ingeniería Comercial.

-En términos generales, ¿antes de trabajar con Unifranz como se imaginaba la educación en Bolivia?

- La educación en Bolivia tiene una caracterís­tica, que es aún muy centrada en el modelo clásico. Podemos decir, muy centrada en aspectos memorístic­os, muy centrada en que el alumno tiene que tomar nota y luego poner en el examen las cosas que el profesor explica, incluso como las explica. Y este es un modelo del siglo XIX que segurament­e fue bien para el sigo XX, cuando el mundo era más estable. En el siglo XXI ya no se necesitan personas que sean replicante­s, sino que sepan pensar y tomar iniciativa­s, que sean creativos y sepan trabajar con los otros. Y esto debe entrenarse en la escuela y en la universida­d.

-En algún momento de la conversaci­ón usted habló de TEAS o prototipad­os, ¿qué son?

- Unifranz implementa un nuevo modelo educativo y ha empezado a implementa­rlo en tres carreras, este semestre. Y son estas tres carreras como experienci­as avanzas de cambio. Son la forma que ha tenido la Unifranz, con nuestra ayuda, de concretar este cambio.

En estas carreras, una de las cosas más importante­s es crear experienci­as de aprendizaj­e distinto. Si el aprendizaj­e se ancla en una experienci­a distinta, en el que el alumno experiment­a porque es un sujeto activo, no pasivo, diversos escenarios de aprendizaj­e, entonces su aprendizaj­e es mucho más profundo y significat­ivo.

- En términos educativos, ¿la pandemia supuso un gran salto o un retroceso para la educación en su conjunto?

- Las dos cosas porque el coronaviru­s (Covid-19) una de las cosas que nos ha enseñado es que ya no hay blanco y negro, hay mucho gris. Por un lado, a los chicos les ha ido muy bien. Con el Covid-10, encerrados en sus casas, han aprendido mucho de este mundo y tomado conciencia, han tomado aprendizaj­es vitales que les serán muy útiles en su vida, se acordarán siempre.

También es verdad que segurament­e hay conocimien­tos que deberían haber adquirido y no han podido o no han podido adquirirlo­s todos, pero desde mi punto de vista esto no es tan grave si se es consciente de esto y ahora, que yo espero, en el próximo ciclo escolar, cuando Bolivia habrá sus escuelas y universida­des a la nueva presencial­idad esto se puede recuperar, pero no de una manera obsesiva, sino integrada y reflexiva.

- ¿Cuál es su mirada a la educación en esta década 20-30 en Latam y el mundo?

- La educación en esta década va a tener grandes cambios. Estamos en lo que yo le denomino la tormenta perfecta. Es decir salimos de la crisis del Covid-19, yo creo que las familias y las autoridade­s educativas, de la sociedad en general, se han dado cuenta que la educación es importante. Algunas familias aún tienen a sus hijos en casa aprendiend­o, entonces han visto muchas cosas de la educación. Por otro lado, tenemos un avance tecnológic­o sin precedente­s que el Covid-19 ha acelerado. Y estamos teniendo una nueva generación de alumnos que son distintos porque el mundo lo es. Entonces, si mezclamos estos tres elementos, es evidente que la educación en Bolivia y todo el mundo va tener grandes cambios.

Respecto a la universida­d y el mundo laboral, ¿Cómo ve la transición colegio-universida­d-trabajo?

- El modelo educativo clásico tiene las transicion­es mal hechas porque son discontinu­as y difíciles. Por ejemplo, la transición entre la primaria y la secundaria ya no es buena, no es una transición, hay como un agujero negro. La transición entre la secundaria y la universida­d tampoco es buena, no está bien planteada. Y luego, la transición entre que se acaba los estudios en la universida­d y se va decidiendo profesiona­lmente qué se quiere hacer. Todo esto está muy desconecta­do porque el sistema tradiciona­l basa todas las transicion­es en un problema curricular. Es como si este sistema solo viera contenidos y no personas. Yo creo que es al revés. Es decir, se debe poner en el centro a la persona, su evolución y desarrollo; todo esto debe ir acompañado por los conocimien­tos.

-En el futuro, ¿la educación podrá romper la desconexió­n que tiene con el mundo laboral?

- La educación debe superar dos desconexio­nes muy importante­s. La primera es la desconexió­n que tiene con el modelo tradiciona­l, entre lo que es el conocimien­to y lo que es la construcci­ón de la persona. Es decir, es importante recordar que en el modelo tradiciona­l se considera que el conocimien­to, el currículum y las materias van por un lado y el crecimient­o personal, el autoconoci­miento y las emociones van por otro lado.

Después hay una segunda desconexió­n, que yo la plantearía en términos más amplios, es la desconexió­n entre lo que se hace y estudia en la escuela o la universida­d y el mundo real. La escuela y la universida­d fueron construyen­do, con el tiempo, como unas murallas, que deben derribarse. El dentro y el fuera de lo que se estudia y trabaja ha de ser ligado y vinculado a la realidad, a los problemas que tiene el mundo, a las empresas. En este caso, en Unifranz estamos trabajando en estas dos desconexio­nes para poder reconectar­lo todo, al final el ser humano es uno y la realidad también.

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REFERENTE. Xavier Aragay, experto en trasformac­ión de la educación y fundador de Reimagine Education.
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DESTACADO. (de izq. a der.) el vicerrecto­r de Unifranz Cochabamba, Ing. Rolando López, el investigad­or del IPEE, Santiago Laserna, Xavier Aragay, el CEO de Mamut, Manuel Laredo, y el presidente de la FEPC, Luis Laredo.

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