Los Tiempos

FICHA PERSONAL

Fútbol. El defensor cruceño con presente en las divisiones formativas de Vélez Sarsfield sueña con dar el salto a Europa en un futuro próximo

- GABRIEL CAERO RODRÍGUEZ

El joven defensor cruceño Juan Pablo Larraín Pinto es una de las grandes promesas del fútbol boliviano. Tras dar un salto desde las escuelas formativas de su natal Santa Cruz, el futbolista hoy se forma para ser profesiona­l en el club Vélez Sarsfield de Argentina, siendo que en poco tiempo se ganó hasta el cintillo de capitán en el Fortín.

“En 2019 fui a una prueba en Newell’s Old Boys de Rosario. Mi técnico era Diego Mateo. Tenía que volver en 2020, pero por la pandemia no se pudo. Volví al país, estuve entrenando en Máquina Vieja y este año se me dio el paso a Vélez Sarsfield”, relató Juan Pablo a Los Tiempos durante su visita a Cochabamba.

Hijo del exportero de Unión Central y basquetbol­ista tarijeño de Unpayú Jhon Larraín, Juan Pablo ya lleva un año jugando en las divisiones formativas del Fortín, pasando en poco tiempo de cuarto a primer central y ganarse el cintillo de capitán.

Confesó que decidió ser defensor por una razón: cuando jugaba, todos sus compañeros de equipo salían al ataque tras la pelota, hecho que él se cuestionó: ¿Quién cuida el fondo?. Así, decidió ser el “candado” de la defensa.

En un país desconocid­o para el hasta hace algunos meses, Juan Pablo confesó que recibió el apoyo de sus compañeros de equipo y del juvenil Sebastián Melgar, hijo de Milton Melgar y que se forma en Boca Juniors.

Pero el gran paso para quedarse en Vélez y no claudicar fue gracias al apoyo un exjugador y hoy entrenador en Vélez: Cristian Jeandet, ídolo de Aurora en el ascenso de 2002 y que también fue futbolista en Blooming.

“Es muy diferente jugar allá. Yo les decía a mis entrenador­es en Santa Cruz que acá la pelota pica diferente, va hacia arriba; allá, pica y va hacia abajo. Me costó un poco acostumbra­rme, me tomó un mes hacerlo”, relató.

Fue Jeandet quien alentó a Juan Pablo, lo acompañó este año y las interminab­les charlas lo hicieron sentir en casa.

Juan Pablo contó que el fútbol formativo en Argentina es un ejemplo a seguir: en Argentina halló predios de primer nivel, campos de juego óptimos, entrenador de trayectori­a, equipos de profesiona­les multidisci­plinarios (nutricioni­sta, psicólogos deportivos, médicos) y condicione­s a la mano.

“La mentalidad de Vélez es primero ser atletas antes que ser futbolista­s. Yo fui con esa mentalidad, sabía que había que acostumbra­rse”, declaró el joven futbolista.

Este gran paso por el Fortín fortaleció más sus objetivos: sueña con dar el salto al balompié europeo, pero antes quiere llegar a ser parte del plantel profesiona­l de Vélez Sarsfield.

Con 1,91 metros de altura, Juan Pablo es elogiado en el club bonaerense por su estatura y su complexión física. Además, sus condicione­s técnicas hicieron que no sólo el Fortín se fije en él, sino también otros equipos.

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