Bolivia, país en vías de subdesarrollo
Al subdesarrollo moral que para un país significa tener un gobierno obsesivamente basado en la(s) mentira(s) y la represión, se suma el subdesarrollo climatológico de promover incendios, envenenar ríos con mercurio, invadir los parques naturales, expulsar indígenas de sus tierras, en medio, claro está, del subdesarrollo político, consistente en una regresión hacia los modos carcelarios y demás atropellos contra la población pero a eso hay que sumarle todavía el subdesarrollo económico empresarial, por el cual se entorpece a la empresa privada mientras se subsidian y sin escarmiento se reabren grandes y estúpidas bancarrotas estatales, y tampoco hay que olvidar el subdesarrollo higiénico que acosa campos, pueblos y ciudades llenos de basura, y no es de extrañar el gran subdesarrollo diplomático, en contubernios con dictadores y criminales comprobados, aunque todo eso todavía no es nada al lado del inmenso subdesarrollo jurídico, cuando los peores, los más deleznables individuos paridos por una sociedad hacen de jueces y fiscales y demás, con todos ellos habiendo salido, por supuesto, de las subdesarrolladas universidades de un sistema educativo de los más subdesarrollados del planeta, y en fin para coronarlo todo, todavía sigue ahí y en todas partes, haciendo bulla, y mucha, y sin parar, Evo el Fraudulento, el causante directo de la profundización de todos esos rasgos y otros aún peores, de una sola mencionados y que amenazan con dejarnos sin respiro…
Menos mal, aparte y afuera de semejantes mal es, l a vida sigue por su cuenta, en una deliciosa época de lluvias y es un gusto ver cómo están creciendo por todas partes las plantas y los árboles, las hierbas y follajes…