Líos en el Parlamento complican a presidenta electa de Honduras
A cuatro días de la toma de posesión de Xiomara Castro como nueva presidenta de Honduras, ese país centroamericano tiene dos juntas directivas electas en procesos simultáneos para el Parlamento, una circunstancia que amenaza con desatar la crisis política en lo que debía ser el festejo por una amplia victoria electoral.
Conatos de violencia se desataron como consecuencia del desacuerdo político y Castro ha expulsado de su partido (Libertad y Refundación, Libre) a los diputados que apoyaron una elección diferente a la propuesta por ella, calificándolos de traidores.
Ante la dualidad, la presidenta electa podría enfrentarse a la perspectiva de juramentarse ante el Supremo o en último caso ante un juez civil.
Castro y su esposo, el exmandatario Manuel Zelaya, coordinador general de Libre, habían sellado un pacto con fines electorales con varios partidos minoritarios. El presidente de uno de ellos (Partido Salvador de Honduras), Salvador Nasralla, vicepresidente en la fórmula de Castro, impuso como condición para el apoyo que se le permitiera elegir al presidente del Parlamento, cargo para el que nominó a Luis Rendondo.
Sin embargo, PSH sacó apenas 10 diputados en las elecciones generales del 28 de noviembre, y no existía un consenso en torno al nombre de Rendondo que garantizara lograr los 65 votos de la mayoría simple para su nombramiento.
Veinte de los 50 parlamentarios de Libre se aliaron con grupos de derecha, para elegir a Jorge Cálix, miembro de Libre y el diputado más votado en los comicios.