Seguimos en el sótano
Una cosa es crecer 6 porcientodesdede la planta baja y otra desdeel sótano. 1.- El crecimiento del 6 por ciento de 2021 es un fuerte efecto rebote estadístico. Explico: La crisis económica en Bolivia comienza en 2014, cuando se reducen los precios de materias primas que exportamos. En 2013, el crecimiento fue elevado 6,8 por ciento. A partir de ese año, se produce una desaceleración sistemática del crecimiento, pese a que el Gobierno prendió el motor interno de la inversión pública.
2.- Imagine la economía boliviana como un edificio de 40 pisos. En 2013, subimos al piso 7 (6,8 por ciento). Desde allí, comenzamos a bajar todos los años. En 2014, descendimos a la planta 5,5 (5,46 por ciento). En 2015 bajamos al piso 5 (4,8 por ciento) y entre 2016 y 2018 dimos vueltas en torno al piso 4 (4 por ciento). En 2019, descendimos al piso 2 (2,2 por ciento).
3.-Entonces vino la crisis de la pandemia, la debacle económica y el mal gobierno de Áñez. Bajamos al sótano -9 por ciento.
4.- Según el Gobierno, en 2021 crecimos al 6 por ciento. Es decir, subiremos del sótano 6 plantas, llegando al sótano -3. Faltan tres pisos aún para la planta baja.
5.- En 2013 crecimos 7 por ciento y en 2021, un 6 por ciento, pero partimos de dos lugares distintos del edificio. Es clave que sostengamos el crecimiento al mismo ritmo en 2022 y 2023.
6.-La tasa de inflación menor al 1 por ciento se explica por tres razones: a) La economía se recuperó de manera muy diversa. Algunos sectores aún están en recesión; por eso los precios bajos. b) Debido a la apreciación del tipo de cambio real, especialmente con los vecinos, importamos inflación baja. c) Los subsidios a los hidrocarburos y la harina reprimen la inflación. Estas restricciones son insostenibles a mediano plazo. De hecho, el Gobierno anunció una inflación de 3,4 por ciento para 2022.