Eliana Torrico intenta salvar el Urubó.
“No deberían aprobar más urbanizaciones en el Urubó”
“EL ÁRBOL”
ES UN COLECTIVO VOLUNTARIO QUE ACTÚA COMO CONTROL SOCIAL.
ACTIVISMO PROPONE POLÍTICAS PÚBLICAS Y CONCIENTIZA EN MEDIO AMBIENTE.
RESPALDO
VARIOS GRUPOS ARTICULADOS EN BOLIVIA SE APOYAN.
ALERTA No sólo se anticipa efectos nocivos medioambientales a largo plazo, sino que existen problemas de sobrepoblación y falta de agua.
Eliana Torrico es una de las principales activistas ambientales que batallan contra la fiebre inmobiliaria que afecta a la ciudad más grande de Bolivia. En esta conversación con OH!, explica cómo Santa Cruz de la Sierra, otrora célebre por su planificación urbana, es víctima de las constructoras. También alerta sobre la emergencia de una monstruosa ciudad siamesa al otro lado del río Piraí. Cuenta que mientras aboga por los bosques y las áreas naturales, enfrenta un polémico proceso penal.
-Su lucha más reciente es contra los efectos del boom inmobiliario que vive la capital cruceña. Se la consideraba una ciudad muy organizada en su desarrollo, pero parece que eso cambió. ¿Cuán afectada está hoy?
Santa Cruz comenzó a crecer descontroladamente, sin tomar en cuenta los instrumentos de planificación que definían el uso de suelos. En Santa Cruz, en el área urbana del municipio, en los últimos 25 años, se ha perdido el 70 por ciento de la cobertura arbórea. Se dejó de observar el instrumento de planificación vigente que asignaba la vocación de uso de suelos y que estaba vigente hasta el año 2010.
Luego crecimos sin instrumento de planificación. Hoy, por ejemplo, muchas áreas verdes, designadas así por el municipio, ya no son áreas verdes. Son edificios administrativos, áreas de equipamiento, cole- gios, centros de salud, o, por último, que tienen dueño, propietarios privados en áreas verdes municipales.
Y en áreas protegidas municipales, como el Cordón Ecológico o el curichi La Madre, hay una fuerte presión inmobiliaria para su loteamiento. Gente de escasos recursos pero de mucho poder económico aparecen de la noche a la mañana con papeles de propiedad sobrepuestos a estas reservas.
-Y entiendo que eso se ha extendido notablemente fuera del municipio de Santa Cruz, ¿no?
Sí, el problema se amplía de la lucha en el municipio a la lucha a nivel metropolitano. Ésa la encaramos a partir de la Plataforma por el Medioambiente y la Vida a la que también pertenezco y de la cual Árbol igualmente forma parte. Cruzamos el río Piraí y nos topamos con la problemática del municipio de Porongo. Ahí es increíble lo que está pasando.
Hay urbanizaciones que ofertan más de 200 mil lotes. Otras ofrecen lagunas artificiales con aspecto de mar caribeño y gangas para todo tipo de clases sociales. Sin embargo, se hallan en un municipio que no ha cubierto siquiera los servicios básicos para la población que hoy tiene, entre 13 mil y 15 mil habitantes.
Parece que en Porongo no existiera la Ley Plus (Plan de Uso de Suelo de Santa Cruz) que rige en el departamento. Esta ley asigna 1.000 metros del bloque de protección ribere- ña para cada municipio de los que están asentados sobre la cuenca del río Piraí. Debe haber un retiro de 1.000 metros de árboles hacia adentro para contar con un cinturón ecológico ante cualquier desborde de ese río que llega siempre con fuerza.
-En esa expansión metropolitana entiendo que suman otros municipios más y se ha denunciado que hubo una deforestación macabra y masiva, ¿es así?
Están, además, los municipios de Colpa La Bélgica, el Torno, Portachuelo y Warnes. Los pobladores no sabían a quién acudir para denunciar los crímenes ambientales que sucedieron allá. Después de dos o tres años, recién se supo que se estaba urbanizando sobre uno de los acuíferos más importantes de Santa Cruz. De allí se provee de agua potable al municipio. Entonces, si se ha permitido urbanizar sobre el acuífero, ¿se imagina usted qué cosas más se han permitido?
-¿Por ejemplo?
Es terrible ver lo que han hecho allá. Se han desviado cuerpos de agua. Se destrozaron dunas de arena que son sectores de máxima protección porque por ahí se infiltra agua dulce que va a los acuíferos. Se deforestaron miles de hectáreas de bosque. Ello conlleva la muerte de mucha fauna silvestre porque el bosque es su hogar. Murieron como hormigas. Hoy es común encontrar en el puente del Urubó a perezosos muertos, atropellados, he-