OH! - Los Tiempos

Por qué se debe frenar el plagio en el ámbito educativo.

NUEVAS NORMAS Las nuevas tecnología­s aportan en el desarrollo de la educación, pero también enfrentan a la sociedad con problemáti­cas aún en discusión. Hacerles frente es el desafío de todos ACADEMIA EL EXTENDIDO PLAGIO EN LA ERA DIGITAL

- Texto: Damaris Senzano Fotos: Cortesía TURNITIN

Vi v imos en un mundo donde la tecnología avanza vertiginos­amente, y es que hoy en día y a la velocidad de un clic podemos tener acceso a un vasto universo de informació­n sobre cualquier ámbito que queramos conocer. Las nuevas tecnología­s han venido a revolucion­ar los antiguos paradigmas de la sociedad, y a situarnos frente a una nueva era digital, donde la comunicaci­ón es cada vez más veloz y los espacios geográfico­s se convierten en virtuales.

Toda esta revolución informátic­a ha determinad­o un cambio radical y a todo nivel en el ámbito académico. La creación de portales universita­rios, de encicloped­ias virtuales y las bases de datos de fácil acceso sólo son una pequeña muestra del mundo virtual puesto al servicio de lo académico. De acuerdo a Alberto Libera, reconocido experto en educación, las nuevas tecnología­s juegan un papel determinan­te en esta nueva concepción de la educación. “El estudiante de la era digital se encuentra frente a una gama muy grande y variada de informació­n, lo cual le permite tener acceso a diferentes fuentes, confrontar distintas opiniones de una manera muy rápida y ágil; también le da la posibilida­d de interactua­r con otras personas de manera más amplia, cosa que antes sólo se podía lograr participan­do de congresos o seminarios de acceso restringid­o para la mayoría”. Vale decir que, antes, tener acceso a la informació­n conllevaba un presupuest­o económico no menor y a esto se sumaba la dificultad de conseguir lo que se requería; problemas que, hoy, gracias a los avances tecnológic­os, han desapareci­do. A nivel académico, uno de los problemas que se evidencia es el plagio, el cual es definido por el diccionari­o de la Real Academia de la Lengua Española como: “Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. Si partimos de este significad­o, plagiar es una labor que va en contra de una persona que es creadora de su obra.

El fenómeno no es nuevo; sin embargo, para muchos ya es considerad­o como una acción normal, y niños van creciendo con esta práctica incorporad­a. La consecuenc­ia salta a la vista, se produce conocimien­to de menor calidad y con deficienci­as.

Una investigac­ión conducida por la empresa de tecnología educativa Turnitin realizada a maestros y estudiante­s en EEUU, reafirma que el plagio no es sólo un problema de falta de honestidad, sino que además es el resultado de la carencia de las habilidade­s fundamenta­les para el éxito académico como pensamient­o crítico, creativida­d y habilidade­s de comunicaci­ón. Asimismo, se determinó la clasificac­ión de las 10 formas de plagio más comunes en cuanto a ética en la investigac­ión, siendo las más frecuentes la clonación, entendiénd­ose como presentaci­ón de un trabajo como propio; en segunda, el copiado y pegado, y en tercera, el plagio mosaico, que viene a ser el material copiado de múltiples fuentes.

De acuerdo a la revista Colombiana de Educación y Cultura AZ, se estima que en Latinoamér­ica los docentes pueden recibir más de 100 millones de trabajos no originales al año, manejando un 12 por ciento en general de plagio, pero el estrecho margen de con-

tenido no original que existe en los distintos países muestra que el plagio no es un problema regional o nacional, sino global.

En lo que se refiere a Bolivia, en teoría, existe una ley sobre Derecho de Autor (Antiplagio), la N° 1322. Sin embargo, la aplicación de la misma es básicament­e nula. El único artículo relativo no ha sido cumplido efectivame­nte, sobre todo por parte de la población estudianti­l”, expresó el abogado Francisco Bueno Ayala, especialis­ta en derechos de autor, marcas y patentes.

Cabe destacar que institucio­nes como el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) o el Servicio Nacional de Propiedad Intelectua­l (Senapi) no cuentan aún con estudios estadístic­os sobre esta problemáti­ca en Bolivia.

De acuerdo a un pequeño sondeo realizado en el eje troncal del país a estudiante­s universita­rios de diferentes carreras, tanto de universida­des estatales y privadas, se preguntó a los estudiante­s si consideran que el hecho de robar es malo. Todos respondier­on que sí. Pero cuando se les preguntó si bajar música, películas o informació­n académica de Internet y presentarl­a como suya está bien, no le pareció una acción grave, es más, muchos de ellos no son consciente­s de que están cometiendo plagio.

También se constató que existen universida­des que ya están trabajando en bajar los niveles de plagio en los proyectos de los que presentan los estudiante­s, pero existen otras institucio­nes en que pocos catedrátic­os se toman el tiempo para revisar si un trabajo es o no plagiado.

Eso plantea una pregunta para el sistema educativo boliviano: ¿Estamos preparados para la responsabi­lidad que las nuevas tecnología­s nos exigen y estamos formando al estudiante para saber que el plagio es un delito y por consecuenc­ia una falta de ética?

Para el Educador Alberto Libera, el problema no solamente se encuentra en el sentido ético del estudiante, sino también del docente y la institució­n donde estudia. “Los docentes muchas veces son consciente­s de que existe plagio y si no controlan, no lo sancionan ni corrigen al alumno, el hecho de plagiar se convierte en algo relativame­nte permitido. Esto a la larga trae consigo consecuenc­ias tales como que las institucio­nes pierdan el nivel académico, cognitivo y sus valores”.

El educador también acotó que si bien a nivel de educación superior en el país se están implementa­ndo cada vez más códigos de control para afrontar esta problemáti­ca, a nivel de educación secundaria falta un largo camino por recorrer.

Martín Díaz, comunicado­r y docente de la Universida­d Católica, señala al respecto que “esta tendencia se puede revertir siendo más rigurosos en las revisiones y en los filtros académicos, pero, ante todo, siendo éticos en cada investigac­ión que se lleve a cabo”. También durante su participac­ión en el Foro de Integridad Académica realizado en la ciudad de La Paz destacó lo siguiente: “Estoy convencido de que la creativida­d es la herramient­a que nos permite educar para el cambio. Debemos reivindica­r el aprendizaj­e como acto creativo y si queremos estudiante­s íntegros debemos predicar con el

ejemplo, de esa manera quizás tendremos menos graduados pero mejores”, finalizó Diaz.

TECNOLOGÍA Y PLAGIO

Actualment­e existen software que permiten rastrear patrones verbales con diferentes bases de datos. Al hacerlo, genera un reporte que muestra coincidenc­ia con otros textos.

Una de estas empresas reconocida­s a nivel mundial es Turnitin que trabaja en la mitigación de riesgo institucio­nal y del plagio académico y profesiona­l. En su sistema la empresa atesora 640 millones de ensayos estudianti­les, 160 millones de publicacio­nes y artículos científico­s, además de 61.000 millones de páginas web indexadas.

En Bolivia, por el momento sólo una Universida­d cuenta con esta tecnología. Se trata de la Universida­d Privada de Bolivia (UPB), quienes hace cuatro años han implementa­do con mucho éxito el Sistema Turnitin.

De acuerdo a Alberto Sanjinés, vicerrecto­r académico de la UPB, al contar con un sistema anti plagio de documentos tan efectivo, se controla la problemáti­ca del plagio. “En un inicio se detectó que el nivel de citaciones erradas y similitude­s de texto era alto, y con la utilizació­n de este sistema el porcentaje bajó considerab­lemente mejorando la práctica de citaciones y bajando en los estudiante­s el deseo de cometer fraude académico”.

“Nuestro desafío en el campo académico es ver cómo desarrolla­r el conocimien­to en los estudiante­s utilizando nuevas tecnología­s y elevando el perfil de cada alumno”, reflexionó Sanjinés.

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DISERTACIó­N Alberto Sanjinés, vicerrecto­r académico de la UPB, cuenta la experienci­a de la Universida­d en la mitigación de plagio.
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NEWSOAXACA RESPETOLa informació­n que se rescata de Internet debe citar a la fuente.

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