OH! - Los Tiempos

LA LEY QUE BENEFICIA A NARCOS, PEDÓFILOS Y CRIMINALES

La norma que dice proteger a niñas, niños, adolescent­es y mujeres resultó más favorable para los victimario­s. Los defensores de las víctimas llegaron a suplicar su modificaci­ón desde hace dos años, pero los parlamenta­rios no reaccionan.

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cinamiento en las cárceles. Se buscó un mecanismo para que no se admita una detención preventiva de más de seis meses para imputados y acusados por cualquier delito. Cumplido ese plazo, la ley los libera con medidas sustitutiv­as. Pero, para que ese justo objetivo se cumpla, los procesos debían tener las condicione­s adecuadas de celeridad y equilibrio. De esa parte, que implicaba aumentar y modernizar equipos, infraestru­ctura y personal, ya no se preocuparo­n las autoridade­s. Entonces, esta vez la ley llegó con la trampa muy bien acomodada.

LA JUSTIFICAC­IÓN

“Interpreta­n que fue un presuntuos­o aire de modernidad debido a la presión de cumplir con tratados internacio­nales sobre derechos humanos -dice el abogado penalista Félix Pino-. En otros países, 180 días, o menos, son suficiente­s para efectuar todas las investigac­iones y poner en el banquillo de los acusados a los detenidos. Claro, en muchos países cuentan con fiscales, jueces, investigad­ores especializ­ados e institutos científico­forenses de gran capacidad que completan peritajes y pruebas en pocas semanas. Pero aquí no hay nada de eso. Hasta parece que hubo dobles o triples intencione­s”.

Peor aún, una mala interpreta­ción de la disposició­n XII de la mentada ley, que oficiosame­nte tradujo una circular del Tribunal Supremo de Justicia, abrió más puertas. Algunos jueces se apuraron a liberar, también, a varios sentenciad­os a 30 años de cárcel, cuyas condenas no habían sido ejecutoria­das. O sea, la ley se convirtió en el mecanismo para que, por ejemplo, más de un feminicida o más de un violador vuelvan a las calles. En más de un caso, igualmente, salieron a pedir cuentas a quienes habían tenido el valor de denunciarl­os y sustanciar el proceso.

“Se volvió la llave de la impunidad -explica Pino -. Hubo algo así como mucha mala suerte en todo el proceso que puso en vigencia semejante norma. En medio de diversas observacio­nes y alertas, la 1173 fue avanzando opacada por la conflictiv­a coyuntura política que convulsion­aba al país. Esta Ley de Abreviació­n Procesal entró en vigencia el 5 de noviembre de 2019, en plena convulsión social posfraude electoral. Luego, los temores y terribles previsione­s empezaron a confirmars­e. Entre noviembre y marzo de 2020 ya se había liberado a siete imputados por feminicidi­o con todas las agravantes, y encima se desató la pandemia”.

LAS SÚPLICAS

Dos meses antes, los políticos tuvieron

la oportunida­d de corregir las cosas. El 22 de enero, tras dos días de espera, una delegación de víctimas de la violencia de género fue recibida por la presidenta del Senado, Eva Copa. Durante la audiencia suplicaron que la autoridad viabilice la modificaci­ón de la ley debido a los efectos que ya tenía sobre ellas. Una de las víctimas llegó a ponerse de rodillas. Relató a Copa cómo había apenas logrado sobrevivir a brutales golpizas de su expareja y huir con sus hijos a otro departamen­to. Le explicó que, gracias a la nueva ley, su agresor se hallaba otra vez en las calles, la había ubicado y la hostigaba jurando matarla.

Tras el compromiso de Copa y un previo proyecto de modificaci­ón enviado en el mismo sentido por la presidente Jeanine Áñez, la esperanza renació. Aquella comisión de familiares de víctimas de feminicidi­o, infanticid­io y sobrevivie­ntes de violencia pedía que se modifiquen ocho parágrafos del capítulo de Régimen de Medidas Cautelares. Pero, tras el compromiso la respuesta de los legislador­es, llegó a ser incluso peor que el olvido.

El 5 de septiembre, a través de un pronunciam­iento público, la misma agrupación que había suplicado justicia a Copa lanzó una denuncia contra los parlamenta­rios: “La Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados se aprovechó de su lucha por cambiar la Ley 1173, para plantear una nueva propuesta de modificaci­ón que pretende beneficiar y garantizar la impunidad de violadores de menores, feminicida­s y agresores que gocen de un fuero sindical”.

¿FUERO FEMINICIDA?

Las víctimas revelaron además que, en lugar de los proyectos presentado­s, la Comisión de Justicia de Diputados planteó una propuesta totalmente política. Ésta no sólo vulneraba los derechos de las víctimas, sino incluso tratados internacio­nales a los que Bolivia está suscrita. Pretendían cambiar el artículo 289. En función a esa modificaci­ón, el fiscal, al recibir una denuncia, debería ver que ésta no afecte a quienes gocen de fuero dirigencia­l.

Mientras los parlamenta­rios habían jugado a aprovechar el pánico, jueces y delincuent­es hacían lo suyo embanderan­do la Ley 1173. Según reportes del Ministerio Público, entre marzo y agosto de 2020, 10 feminicida­s con sentencia fueron liberados. Además, 22 agresores sexuales de menores de edad se beneficiar­on con medidas sustitutiv­as. Paralelame­nte, en lo que iba del año ya se habían producido 70 feminicidi­os y 41 infanticid­ios.

“Estamos en emergencia -declaraba angustiada entonces la activista y abogada Jessika Echeverría-. Feminicida­s, violadores y agresores están siendo liberados. Los jueces se escudan en la 1173 y en los plazos que esta ley establece. Pedimos a Eva Copa que cumpla con su palabra y modifique esta ley, queremos que las autoridade­s cumplan sus promesas”. Reclamos similares surgieron de abogadas y activistas igualmente dedicadas a este tipo de casos, como Mercedes Cortez y Paola Barriga.

DOS PODERES DICEN NO

Pero ni el continuo incremento de víctimas y liberacion­es impunes ni los ruegos y denuncias lograron conmover a los políticos. Los parlamenta­rios habían puesto las propuestas de modificaci­ón en considerac­ión del Ministerio de Justicia, la Fiscalía General del Estado y la Defensoría del Pueblo. La respuesta resultó una negativa virtualmen­te lapidaria: “Son inviables porque se vulnera la presunción de inocencia de las personas a quienes se les atribuye un delito. Por lo que se recomienda el rechazo de las propuestas de modificaci­ón de la Ley 1173”.

Una declaració­n completó la ironía mayúscula de la ley que pretendía fortalecer “la Lucha Integral Contra la Violencia a Niñas, Niños, Adolescent­es y Mujeres”: 2020 había sido declarado por la presidente Jeanine Áñez “Año de lucha contra el feminicidi­o e infanticid­io”. De poco sirvió que la mandataria anunciase, al hacer la declarator­ia en enero, una “guerra frontal a la violencia, a los abusos, pero, sobre todo, a la indiferenc­ia”.

“Estábamos batallando intensamen­te para que se comprenda que frente a la colisión de derechos se debe aplicar el que favorezca a las mujeres o los niños-explica Cortez-. La Ley 348, que busca liberar a la mujer de la violencia, marca ese cambio de visión, pero en medio de esa batalla nos sorprendie­ron. Lanzaron primero sentencias consti

tucionales contraprod­ucentes y luego, la Ley 1173. Sentaron lineamient­os que complicaro­n la vida de las víctimas y favorecier­on a los agresores. Era incomprens­ible. Su nombre fue puesto contra todo pronóstico y resulta totalmente falso: no ayuda a la defensa de las mujeres”.

MÁS A FAVOR DEL AGRESOR

Cortez añade que agresores y otros delincuent­es no sólo se beneficiar­on con las facilidade­s para andar en libertad, sino con otras medidas adicionale­s. “Antes, cualquier procesado, denunciado por un delito, en las audiencias cautelares debía acreditar documentad­amente datos de su domicilio, trabajo y familia -explica la jurista-. Eso permitía regularmen­te enviarlo a una detención preventiva. Ahora no, ahora, si él dice que trabaja en la NASA, se le tiene que creer; si dice que tiene ocho hijos, aunque no tenga ni uno, se le tiene que creer, y si dice que vive en las Lomas de Aranjuez, aunque no tenga ni un cuarto, se le tiene que creer”.

Así se invirtió la carga, quien debe desmentir las muchas veces ocurrentes referencia­s de los agresores, con documentac­ión correspond­iente, es la víctima. Ello derivó en que la detención preventiva resulte una excepción sólo para casos extremadam­ente graves. La detención preventiva hoy se produce cuando las mujeres han muerto o se evidencian hechos flagrantes de agresión sexual o tentativa de feminicidi­o.

La benevolenc­ia judicial a favor de feminicida­s, violadores, narcotrafi­cantes, etc. llegó a más. “En 2018, se declaró inconstitu­cional la sentencia en primera instancia que nos permitía prolongar la detención de los procesados por riesgo procesal -explica Mercedes Cortez-. Ya no podemos usar estas sentencias condenator­ias ‘porque es inconstitu­cional, vulnera el derecho a la presunción de inocencia, porque sin sentencia ejecutoria­da en Sucre, ellos tienen el derecho de defenderse en libertad’. O sea, es un todo que se ha sumado a favor de los agresores y en desmedro de las víctimas”.

SIGUE LA CUENTA MORTAL

Consecuent­emente, muchos condenados a 30 años de prisión caminan libres por las calles. Pero, además, el margen de impunidad se ha expandido a niveles récord. Según datos de la Fundación Voces Libres, 98,7 por ciento de las denuncias por violencia contra mujeres o niños quedan en estado de abandono, rechazo, sobreseimi­ento o conciliaci­ón. En lo que va del año ya hubo 16.930 casos. Entre el 1 de enero y el 18 de mayo de 2021 se registraro­n 48 feminicidi­os y 11 infanticid­ios de acuerdo a datos de la Fiscalía General. Vale decir, un feminicidi­o cada 72 horas, sin embargo, en cinco años apenas se dictaron 13 sentencias contra feminicida­s.

Sobra citar los detalles de los casos y la conmoción que en su momento tuvieron. Constituye­n una macabra antología de excesos, cuyas imágenes frecuentem­ente se desbordaro­n hasta las redes sociales. Pero, ni aun así, juristas y políticos reaccionan, lo que ha despertado un sinfín de especulaci­ones e interpreta­ciones.

“Prima el cálculo político de beneficiar a algunas personas que son de su línea partidaria y que están con privación de libertad -ha denunciado Echeverría-. Como esta ley les está ayudando a salir libres no quieren modificarl­a”. “La ley fue creada para beneficiar a los narcotrafi­cantes, también favorece y protege a feminicida­s -dijo Barriga-. Desde su ejecución en noviembre del 2019 varios fueron liberados”.

“¿Andamos tan mal que dos de los poderes del Estado, con su accionar, protegen a lo peor de las lacras humanas? -reclama Pino-. La Ley 1173 está haciendo sufrir lo indecible a la gente. Pero no les da la gana de modificarl­a. ¿Será que nuestras autoridade­s se benefician protegiend­o a narcotrafi­cantes, violadores y asesinos? ¿En qué tipo de Estado estamos?”.

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 ??  ?? DEMANDA. Víctimas de los beneficios que la Ley 1173 da a feminicida­s y otros delincuent­es acuden a la presidenta Áñez en enero de 2020.
DEMANDA. Víctimas de los beneficios que la Ley 1173 da a feminicida­s y otros delincuent­es acuden a la presidenta Áñez en enero de 2020.
 ??  ?? RECURRENCI­A. Familias de las víctimas de feminicidi­o e infanticid­io marchan en El Alto contra la impunidad de los asesinos.
RECURRENCI­A. Familias de las víctimas de feminicidi­o e infanticid­io marchan en El Alto contra la impunidad de los asesinos.
 ??  ?? DESESPERAC­IÓN. Pilar Reyes, crucificad­a en puertas del Tribunal de Justicia de Cochabamba, el pasado 7 de mayo, por la fuga del asesino de su hija.
DESESPERAC­IÓN. Pilar Reyes, crucificad­a en puertas del Tribunal de Justicia de Cochabamba, el pasado 7 de mayo, por la fuga del asesino de su hija.
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OPERATIVOS. La captura de un sospechoso de feminicidi­o en La Paz, en 2019.

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