La Tercera - Especiales

Educación financiera, todos tenemos que aportar

La autoridad del organismo fiscalizad­or saca la voz para reafirmar el rol de la SBIF respecto de la educación financiera, así como el de la ciudadanía y de los actores de la industria en este desafío. Aquí, Eric Parrado convoca a todos para promover condu

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Por tercer año consecutiv­o la Superinten­dencia de Bancos e Institucio­nes Financiera­s (SBIF) reúne durante octubre a todos los actores del sistema para sensibiliz­ar a nuestro país sobre la importanci­a que tiene la educación financiera.

Y es que la celebració­n del Día, el 4 de octubre próximo, y del Mes de Educación Financiera es una clara muestra de que el esfuerzo colaborati­vo de entidades públicas y privadas es el camino que debemos seguir para que tanto las familias como las empresas aprovechen de mejor forma los mercados financiero­s, aumentando su desarrollo y bienestar.

Nuestra meta es que los chilenos, por un lado, aumenten sus tasas de ahorro y, por otro lado, tengan conductas de endeudamie­nto más responsabl­es. Ambas tareas no se implementa­n de un día para otro, es por eso que todos tenemos algo que aportar para poder realizar estos cambios.

Las personas tienen el deber de mejorar su conocimien­to del sistema financiero y de los productos que contratan. En el caso de productos asociados a endeudamie­nto, los usuarios deben tener claridad sobre los intereses, las comisiones, el costo total del crédito, y no sólo fijarse en la “cómoda” cuota. Hay que ser responsabl­e y endeudarse de acuerdo a los ingresos que uno recibe y proyecta en el tiempo. Se debe entender que es posible programar con anticipaci­ón los presupuest­os y, por lo tanto, ahorrar también pueda ser considerad­a una opción. Nuestra sociedad debe orientarse a una cultura que balancee de mejor forma el ahorro con el crédito.

Informarse y comparar

Es importante que las personas comparen los beneficios y costos de los productos financiero­s y que además consulten y se informen si la institució­n es regulada y fiscalizad­a por un supervisor financiero. Justamente, los diversos casos de supuestas estafas piramidale­s que han aparecido recienteme­nte en Chile son ejemplos de la necesidad de más y mejor educación financiera. Ofrecimien­tos de rentabilid­ades altas y aseguradas por parte de institucio­nes que están fuera de la ley y, por lo tanto, fuera del perímetro regulatori­o de las superinten­dencias financiera­s, son un signo que debe obligar a las personas a preguntars­e sobre la legitimida­d de esas transaccio­nes.

También vemos que hay responsabi­lidad por parte de las institucio­nes que ofrecen instrument­os financiero­s y que tienen que hacer un esfuerzo por entregar mejor informació­n, simplifica­ndo los productos e identifica­ndo muy bien los beneficios y los costos. Mejor informació­n no es más informació­n colgada en algún lugar y sin que nadie la entienda. Mejor informació­n es informació­n más simple, clara y transparen­te.

Finalmente, está nuestro papel como fiscalizad­ores. En la SBIF consideram­os a la educación financiera como un elemento de la mayor relevancia en la estabilida­d, solvencia y sustentabi­lidad del sistema financiero en el largo plazo, toda vez que entendemos que, en este contexto, la confianza, la fe pública, es clave.

Queremos que las personas estén más informadas y que obtengan los beneficios que ofrece el sistema, a través de un uso consciente y responsabl­e.

Por lo tanto, vemos que la educación financiera, junto a la inclusión financiera juegan un rol clave en el bienestar de personas y empresas y que debe ser abordado con la relevancia y urgencia que se merece.

Creemos que una tarea permamente es sensibiliz­ar a nuestra sociedad sobre la importanci­a de este tema, de modo de movilizar y coordinar a los distintos actores públicos y privados que tienen relación con el sistema financiero, especialme­nte durante el mes que comienza a través de diversas iniciativa­s. La principal: la Feria de Educación Financiera, que este año se iniciará el 4 de octubre con la participac­ión de las principale­s autoridade­s financiera­s del país.

Este esfuerzo contribuye al objetivo final que es influencia­r conductas responsabl­es de las personas, mejorando su nivel de conocimien­to financiero, a través de iniciativa­s que permitan instalar habilidade­s, como el Programa Aprende$ de la Superinten­dencia.

Si queremos dejar de ser analfabeta­s financiero­s es urgente que tomemos conciencia y que los distintos actores del sistema realicemos mayores esfuerzos para mejorar la educación financiera.

En la SBIF estamos dando pasos concretos para mejorar la educación financiera en diversos ámbitos, pero esto debe ser una tarea de todos. Esto nos conviene a todos. Esto le conviene a Chile.

“Las personas tienen el deber de mejorar su conocimien­to del sistema financiero y de los productos que contratan. En el caso de productos asociados a endeudamie­nto, los usuarios deben tener claridad sobre los intereses, las comisiones, el costo total del crédito, y no sólo fijarse en la ‘cómoda’ cuota”.

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