La importancia del ahorro para abrir nuevos horizontes
En la actualidad, el desafío de las autoridades y las instituciones ligadas al sector financiero es potenciar una cultura de ahorro, sobre todo en personas más jóvenes y de menores ingresos, en un contexto de alta inclusión financiera.
Crear nuevas oportunidades económicas, invertir en capital humano propio o de la familia, hacer frente a imprevistos y desarrollar proyectos futuros: el ahorro tiene directa relación con abrir opciones para mejorar la calidad de vida.
Las decisiones financieras adecuadas, ya sean a través del crédito o el ahorro, permiten destinar recursos tanto a grandes proyectos -comprar una casa, ampliar el negocio o pagar la educación de los hijos- como para disponer de dinero en caso de desempleo o enfermedades. “Para ampliar nuestro horizonte y set de oportunidades económicas es necesario conseguir capital a tasas de interés razonables y tener una cultura de ahorro”, comenta Patricio Valenzuela, académico e investigador del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile.
Considerando que todas las personas y familias tienen ingresos y necesidades que cubrir, para conseguir dinero extra para destinar al ahorro es necesario incrementar los ingresos de dinero, o reducir los gastos. “Muchas veces gastamos menos que nuestros ingresos. Esa parte que guardamos para necesidades futuras es el ahorro: no solo se trata de restringirse, sino de ser eficiente con los recursos y aprender a usar el dinero responsablemente”, afirma el experto.
Decisión responsable
Según los expertos, para ahorrar es recomendable establecer objetivos para los que se está guardando el dinero, el plazo en que queremos utilizar esos recursos, y los niveles de riesgo y rentabilidad que estamos dispuestos a asumir y que queremos obtener, además de los esfuerzos que debemos realizar. Luego, es posible elegir entre las opciones que ofrece el sistema financiero para ahorrar, las que van desde depósitos a plazos hasta ahorro previsional voluntario (APV).
Si bien aún existen los tradicionales e informales métodos de guardar dinero en una alcancía o bajo el colchón, para los expertos este método de ahorro no es efectivo, ya que, debido a la inflación presente en el país, el dinero pierde su valor en el tiempo, reduciendo así nuestro poder adquisitivo y el capital guardado.
Por ello, es recomendable considerar un ahorro formal, esto es, en una cuenta de una institución financiera que es fiscalizada por una Superintendencia, y que permita mantener el valor inicial del dinero e incrementarlo, por ejemplo, a través de las ganancias
“Para ampliar nuestro horizonte y set de oportunidades económicas es necesario conseguir capital a tasas de interés razonables y tener una cultura de ahorro”. Patricio Valenzuela, académico e investigador del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile.
que se pueden obtener por concepto de intereses.
No obstante, existen diversos instrumentos de ahorro que varían según el perfil del usuario, los que permiten balancear las variables de retorno y riesgo. Por ejemplo, existen instrumentos que permiten obtener una mayor rentabilidad, con un horizonte de ganancia más incierto, mientras que otros comprometen un capital invertido seguro y con una rentabilidad menor que si se asume más riesgo.
Para conocer las distintas herramientas de ahorro, se puede visitar el sitio web www.bancafacil.cl de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), que entrega información útil a los usuarios. Por ejemplo, detalla que los instrumentos más conocidos son las cuentas de ahorro y los depósitos a plazo, mientras que otros más sofisticados son las cuentas corrientes con pago de intereses, los fondos mutuos y las acciones.
Radiografía del ahorro
Según el Informe de Inclusión Financiera 2016 de la SBIF, a junio de 2015, 98% de la población mayor o igual a 15 años tenía acceso a algún tipo de producto financiero. Los de administración del efectivo eran los de mayor penetración con 76%, mientras que los productos de ahorro se elevaron a 69%.
Esta cifra se desagrega en que 4% poseía depósitos a plazo, 29% cuentas de ahorro para la vivienda, 53% otras cuentas de ahorro con giro incondicional y 8% cuentas de ahorro con giro diferido.
Sin embargo, este 69% decae en los segmentos de menores ingresos. Según la Encuesta Casen 2013 del Ministerio de Desarrollo Social, la mantención de instrumentos de ahorro en el primer quintil de la población es un 41% menor a la observada como promedio en la población total.
Por su parte, según indica la Encuesta Financiera de los Hogares del 2014 del Banco Central, la proporción de los hogares que en los últimos 12 meses realizó ahorros en Chile sólo llegó al 26%. La cifra se reduce en los segmentos de menores ingresos, los que tienen una mayor proporción marginal a consumir debido a que una parte importante de sus ingresos tienen que ser destinados a satisfacer necesidades básicas.