Compatibilizar trabajo y estudio es posible
Estudiar y trabajar al mismo tiempo tiene ventajas y sacrificios. Si bien es la única opción para muchos, es importante saber dónde poner las energías y establecer prioridades, ya que es la única forma de lograr el éxito, tanto en el ámbito académico como
Ingresar por primera vez a la educación es para la gran mayoría un paso normal y relativamente “fácil”. Sin embargo, hay un grupo cada vez mayor de alumnos que deben trabajar y estudiar, y en muchos casos, compatibilizarlo, además, con la familia. A esto se le llama conciliación, y aquí entregamos las pautas para lograrlo.
Quienes optan por estudiar una carrera vespertina, deben tener claro que es un gran desafío, que si bien están dispuestos a hacer todos los esfuerzos necesarios para llevarlo de la mejor forma, muchas veces se verán cansados, irritables e incluso frustrados, pero es parte del proceso. Así lo afirma la psicóloga Macarena González, quien asegura que “el desafío es lograr rendir bien en ambos contextos: en su trabajo y en sus estudios. Este rendimiento, obviamente es a costa de mucho esfuerzo, organización y concentración, y muchas veces posponiendo el ámbito familiar, social y recreativo”.
Lo ideal para lograr el éxito en todos los ámbitos, como comenta la profesional, es hacer una planificación semanal de cada una de las tareas a realizar, pero una planificación realista, pues muchas veces el fracaso viene de la mano con altas exigencias que son muy difíciles de cumplir. Para ello, la clave es priorizar, tener conciencia de todas las tareas y actividades familiares, laborales y académicas, y luego de aquello, distribuir el tiempo de la mejor forma posible. “Esto requiere tener claras las motivaciones, objetivos y metas, y perseverar. Sugiero que esto se realice semanal- mente, proponiendo una agenda realista pero exigente, y revisando los pendientes diariamente para acomodar y reagendar las tareas que han consumido o pudiesen consumir más o menos tiempo. Motivación, metas y manejar el tiempo, son las 3 “M” para conciliar cualquier cosa. Debe evitar distraerse en actividades que no le aportan directamente al éxito académico, al rendimiento laboral y al soporte familiar”, dice Macarena González.
Según un informe del Servicio de Información de Educación Superior (SIES) uno de cada cuatro estudiantes de pregrado matriculados asiste a programas vespertinos”.
No colapsar
Sin duda, en este escenario, es importante evitar el estrés, la irritabilidad y la angustia que, muchas veces, puede provocar el no poder cumplir, por ejemplo, con compromisos familiares, o llegar tarde a la casa cuando se tiene familia e hijos, básicamente estar más ausente, sin dejar de lado, además, que la productividad en el trabajo también puede verse mermada.
Todo esto puede resentir el entorno familiar y laboral, por lo que es imperioso poner las cartas sobre la mesa desde un comienzo. En el caso del ámbito laboral, es una buena opción conversar con la jefatura desde el inicio, y explicar cuáles serán los tiempos con que se contará y lograr llegar a una acuerdo que los beneficie a ambos; en el caso de la familia, es clave el apoyo que ésta le dé al estudiante, pues es la base para que todo funcione.
“Todos los casos son diferentes, con o sin hijos, están insertos en realidades y contextos diferentes, por tanto, las dificultades también lo son. En mi experiencia, por donde explota y colapsa la conciliación, es en lo familiar. Si bien la familia muchas veces es la motivación principal para estudiar, también es lo que más se reciente en caso de que se haga insostenible, por eso evaluar y llegar a acuerdos en conjunto es vital para el apoyo y el éxito en este período de alumnos”, aclara la psicóloga.
Finalmente, un tiempo para el descanso, no debe faltar en la planificación semanal. En este caso especialmente, ya que si el alumno no tiene momentos de ocio y recreación, es muy difícil que logre la calidad de tiempo y tranquilidad mental para sobrellevar esta etapa, nada fácil cuando se tiene que conciliar tanto, y áreas tan importante como el trabajo, el estudio y, por sobre todo, la familia.