Aprendizaje dinámico y divertido gracias a la tecnología
Potenciar la enseñanza por medio de videos interactivos o el uso de aplicaciones móviles es lo que se está utilizando en las aulas y en la casa para hacer las tareas escolares. Sepa cómo esto puede beneficiar a su hijo y qué precauciones debe tener al res
Buscar información en enciclopedias para realizar las tareas escolares como se hacía hace años es algo que ha quedado en el pasado gracias a los avances tecnológicos. Las nuevas generaciones se han vinculado desde muy corta edad con la tecnología y la han hecho parte de su vida cotidiana.
Los beneficios de estos adelantos se han visto aplicados en distintas áreas, pero una que es muy relevante y cada vez va tomando más peso es en la educación, ya que se favorece el uso de herramientas mucho más interactivas. Si hace unos diez años los profesores les pedían a los alumnos que guardaran los celulares para prestar atención a la clase, actualmente el panorama es muy diferente y se utilizan estos aparatos como parte del aprendizaje académico. Por ejemplo, en algunas asignaturas el docente explica un contenido y puede generar encuestas virtuales sobre la materia a los estudiantes las cuales pueden ser respondidas por medio de sus dispositivos móviles.
En el caso de los niños más pequeños se puede enseñar por medio de videos y canciones que pueden ser reproducidos en una pizarra digital o visualizarse por medio de un proyector. Otro ámbito relevante es que en la mayoría de los hogares existe un computador estacionario o portátil con conexión a internet que no solo sirve para la entretención de los menores, sino para buscar información sobre las tareas y la realización de éstas. Incluso hay muchos videos en Youtube sobre tutoriales de experimentos de ciencia, explicación de procesos históricos, definiciones de conceptos, cómo aprender idiomas, y muchas otras cosas más.
En tanto, para los padres los dispositivos con conexión a internet son una herramienta útil y atractiva para motivar a que sus hijos refuercen contenidos o jueguen aprendiendo, a través de apps o contenido audiovisual online. Como es el caso de Dayssy Fernández, 35 años, que motiva a su hijo Matías, de siete años, para que aprenda a través de los juegos en la tablet: “Matías disfruta muchos de juegos que enseñan música, sobre animales o inglés de acuerdo a su edad. Aunque este año recién cursará segudo básico, los contenidos son exigentes y la tecnología es un buen estímulo para que aprenda de manera entretenida”.
Control parental
La tecnología puede ser un aliado en el ámbito escolar, sin embargo son los adultos responsables de los niños quienes deben estar alerta de lo que ven sus hijos en la red, ya que no todo el contenido es apto para ellos.
Jade Ortiz, docente de psicología de la Universidad Santo Tomás, sostiene que “el cerebro de los menores para activar todas sus zonas de desarrollo requiere de estímulos distintos. En general, los artefactos tecnológicos de este tipo activan zonas que implican responder rápidamente (como en los juegos) y recibir una recompensa inmediata, por ende el niño no desarrolla en este medio la capacidad de manejar la tolerancia y la espera de la gratificación. Se requiere introducir tecnología y también estrategias que ayuden a esos cerebros a controlarse, emocionarse, entusiasmarse, calmarse, motivarse y crear. Sin ello, lo que se enseña pasa a ser una anécdota que se olvida en el tiempo. Los docentes pueden combinar los medios electrónicos como herramientas estratégicas de educación siempre y cuando se combinen con otras tradicionales”.
Es muy relevante que se entienda que el uso de la tecnología debe estar al servicio del aprendizaje y que no se confunda con las horas de ocio que los pequeños ocupan frente a las pantallas o video juegos. La experta en psicología afirma que el “ser humano aprende de forma efectiva cuando se liga un hecho, conocimiento o estímulo a los afectos. Esto se llama aprendizaje significativo, donde el cuerpo y la mente deben estar en cierto tono emocional para comprender y asimilar ciertas tareas. De ahí que el exceso de tecnología es nefasto, y por otra parte no usarla es descontextualizar al infante. El tema es utilizarla a favor, para ello el control parental y docente son totalmente fundamentales”.
El 95% de los jóvenes entre séptimo básico y cuarto medio dicen tener un teléfono móvil y el 87% estudia para el colegio buscando información en internet, según el informe Uso de Tecnologías Escolares 2016 de la Universidad Católica.