El valioso aporte del aprendizaje musical.
La enseñanza formal de algún instrumento y de la música es un aprendizaje relevante en el desarrollo infantil. Aspectos como creatividad, socialización, autoestima y memoria se potencian en un taller musical.
Destinar un par de horas a la semana, o más, fuera de la jornada escolar al estudio de un instrumento musical es una actividad extra programática de significativo aporte al desarrollo de los niños. Puede ser piano, guitarra, batería, violín u cualquier otro instrumento que entusiasme al niño, así su vínculo con las lecciones será más estrecho, generando así un círculo virtuoso de compromiso con este aprendizaje que entrega diversos beneficios al estudiante. “La enseñanza formal de algún instrumento y socialización con la música, en general, posee un gran valor en todos los aspectos de la formación integral del alumno. En ella se desarrollan aspectos elementales como: la creatividad, socialización, coordinación, memoria y aspectos relevantes del lenguaje, entre otros”, afirma Leonardo Fernández, académico de Pedagogía en Educación Básica de la Universidad San Sebastián, con una exten- sa experiencia en educación musical en escuelas de la Región Metropolitana.
Lenguaje simbólico
Según explica Leonardo Fernández, la música es un lenguaje simbólico que permite a los niños exteriorizar su mundo interno así como también interpretar su entorno, facilitando la libre expresión de sus sentimientos, sensaciones, fantasías y realidad. “Pero la música también funciona como medio para interactuar con los otros, como un lenguaje común y compartido que favorece la comunicación y el desarrollo de las habilidades sociales. Desarrolla en los niños la sensibilidad, la creatividad, imaginación, la exteriorización de sus emociones, etc.”, dice el docente de la USS.
Referentes o vínculos tempranos de origen familiar con algún instrumento musical son importantes para que los niños desarrollen la afinidad con la música y con algún instrumento durante su etapa escolar. Así, el que haya una guitarra en la casa, o que alguno de sus padres o abuelos interprete música o cante serán determinantes en su vinculación con este lenguaje simbólico. “Por otro lado, en la clase de música el docente posee una responsabilidad innegable en ser modelo para sus estudiantes con la finalidad de acercarles de manera directa a este nuevo mundo”, explica Fernández.