Avances para su implementación en Chile.
Definir estándares, regulaciones claras y políticas de fomento surgen de la Estrategia de Electromovilidad de Chile, desafío que es impulsado por los ministerios de Energía, de Transportes y Telecomunicaciones y de Medio Ambiente. En paralelo, las ventas de autos eléctricos ha mostrado una positiva aceleración.
Chile ha asumido el desafío de la electromovilidad desde una premisa evidente, como la necesidad de políticas y de infraestructura que acojan este movimiento que está transformando a la industria del transporte a nivel mundial.
Es justamente un gran desafío y así lo han encarado los Ministerios de Energía, de Transportes y Telecomunicaciones y de Medio Ambiente, que en conjunto impulsan la “Estrategia de Electromovilidad de Chile”, acción que busca planificar de qué manera fomentar el uso de vehículos eléctricos en el país, su ingreso a la industria del transporte de pasajeros y, en consecuencia, reducir las emisiones de gases contaminantes.
Este último punto es el que más se recurre al momento de justificar la apuesta por el desarrollo eléctrico. Según el informe presentado en el marco del lanzamiento de la citada estrategia, el transporte caminero es el responsable del 83% del consumo de energía combustible de derivados del petróleo importado en Chile.
Chile firmó en febrero de 2017 la ratificación del Acuerdo de París, comprometiéndose a reducir en 30% la generación de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) al 2030, respecto de 2007. Pero el antecedente no es el mejor, entre 1990 y 2013, según cifras estatales, las emisiones de GEI se incrementaron en 113,4%. En 2013, el sector de transporte fue responsable de emitir el 22,3 del total de emisiones del país.
Acortar brechas
La apuesta por los vehículos eléctricos se presenta como oportunidad para la reducción del uso de combustible fósil y contaminante. Sin embargo, el documento firmado por las tres carteras identifica entre las brechas detectadas para este desarrollo que existe un “bajo impacto de los incentivos para el despliegue de la movilidad eléctrica”. Por ejemplo, la reducción del valor del permiso de circulación a vehículos híbridos y eléctricos, no ha tenido aún la respuesta esperada.
Otras de las brechas identificadas apunta a la necesidad de definición de estándares y regulaciones que permitan trazar un camino claro en el marco de la permanente evolución tecnológica de este rubro. En este sentido, los organismos avanzan en el reglamento que establece aspectos técnicos de seguridad para cargas y descargas eléctricas. Contraloría este mes solicitó algunos cambios formales y el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, junto a la Asociación Nacional Automotriz de Chile A.G., avanza en la redacción de la norma que podría entrar en vigencia 12 meses después que sea reingresada y aprobada.
Visión optimista
“La entrada de vehículos eléctricos es una gran noticia para Chile, donde el sector transporte representa un tercio del consumo de energía e importa prácticamente todo el combustible destinado al transporte”, analizó Susana Jiménez, titular del Ministerio de Energía de Chile, en el marco de la inauguración de una flota de autos eléctricos de la comuna de Vitacura, a mediados de marzo recién pasado. “Iniciativas como la de Vitacura son un gran apoyo para poder ir avanzando en la electromovilidad”, agregó.
En entrevista con La Tercera, Jiménez indicó que durante este gobierno su cartera buscará “dar un salto importante en electromovilidad. Eso requiere de una bajada en términos de cambios regulatorios, estándares, infraestructura. Y también, todo lo que tiene que ver con interconectar eléctricamente a Chile, y estoy pensando tanto a nivel nacional como con mirar a nuestros países vecinos y avanzar en integración regional”.
“Hace cinco o siete años, las energías renovables tenían precios altísimos, y todos los expertos proyectaban precios altos, pero se dio un cambio tecnológico en el mundo”, agregó la ministra Jiménez. “Antes nosotros tramitábamos proyectos para facilitar la entrada de energías renovables en la matriz y el gran temor era que hubiera subsidios y que fuera caro para el sistema. Pero lo que vimos es una revolución tecnológica impresionante, que ha permitido que estos precios bajen a un quinto. Con la electromovilidad creo que va a pasar algo similar, van a bajar los costos y como país tenemos que prepararnos”.