Innovaciones para mejorar la competitividad y la productividad.
Descentralizar el desarrollo de la ciencia y la tecnología, es posible incentivando la ejecución de proyectos de investigación e innovación en distintas áreas en el ámbito regional. Conozca dos experiencias destacadas.
Diversos proyectos de ciencia y tecnología se están desarrollando a plenitud en regiones, con énfasis en la innovación y la investigación. Uno de ellos es el Centro de Estudios en Alimentos Procesados (CEAP), una corporación sin fines de lucro, fundada en 2014. Sus socios fundadores son la Universidad Católica del Maule, Universidad de Talca, el INIA (Instituto de Investigaciones Agropecuarias), entre otros . Este centro de investigación cuenta con el respaldo de Conicyt y del Gobierno Regional del Maule. Su equipo está integrado por ingenieros en alimentos, ingenieros agrónomos, ingenieros civiles industriales, técnicos laboratoristas, técnicos analíticos, doctores, entre otros.
Cuenta con tres áreas de trabajo: la generación de productos nuevos que cuenten con un valor agregado, liderar proyectos asociados a la
sustentabilidad de la agroindustria y el apoyo al emprendimiento.
Uno de los proyectos que ha liderado este centro es una investigación sobre el residuo que se procesa del tomate a nivel industrial. “Identificamos que los residuos del tomate llamados tomasa (piel, semillas y pulpa), que se desechan, contienen características cardioprotectoras incluso mayores que la parte del tomate que se utiliza industrialmente”, dice Ricardo Díaz Cárcamo, director ejecutivo del CEAP. Este estudio clínico se realizó en humanos y demostró que estas características protectoras tienen un efecto mayor si se consume de forma habitual.
“Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en Chile y en el mundo. Desarrollar un producto cardioprotector y que se está elaborando a partir de un desecho que es reutilizado, es un gran efecto en la sustentabilidad de la agroindustria”, agrega Díaz. Se han estudiado dos formas de comercializarlo. Una es la incorporación de este componente en los productos en base a harina. Se realizó un estudio en Estados Unidos, donde se probó este producto con los consumidores, donde hubo una mayoría que prefería los productos horneados que contenían este componente. La otra opción, es a través, de fitofármacos o nutracéuticos, es decir, como suplemento alimenticio. Actualmente, están en la etapa de empaquetamiento y escalamiento semiindustrial.
Ciencia en la Araucanía
El Centro de Genómica Nutricional Agroacuícola, CGNA, es un centro regional que desarrolla ciencia y tecnología en plantas y alimentos. Es una corporación de derecho privado, sin fines de lucro, fundada hace 13 años por la Universidad de La Frontera (UFRO) e INIA. Cuenta con financiamiento del Gobierno Regional de la Araucanía y Conicyt. El Centro lo conforman cerca de 40 profesionales, que en un moderno laboratorio de genómica y alimentos; además de una planta piloto semiindustrial para pilotaje y packaging de alimentos, contribuyen a la transformación productiva. Haroldo Salvo Garrido, director del CGNA, destaca que han generado 16 productos tecnológicos de alto valor, algunos distinguidos con el premio nacional a la innovación y que hoy ya son parte de alimentos saludables en el mercado humano y como ingredientes proteicos en el clúster del salmón. También destaca el haber desarrollado el primer aislado proteico en Chile (91 a 95% de proteína) a partir de lupino, pues la demanda de alimentos saludables aumentó en un 15% y este producto es la base para estos alimentos y que implica aumentar las exportaciones de mayor intensidad tecnológica desde La Araucanía.