Para no caer en engaños
Los loteos irregulares son los que no tienen un permiso provisorio o definitivo de las entidades correspondientes ni delimitaciones claras de calles, tampoco espacios públicos ni a servicios básicos como alcantarillado, agua potable, luz, entre otros.
No hay magia en los loteos brujos o irregulares. Estos son compras de acciones y derechos, sin cumplir con la norma de subdivisión de terreno rural y/o urbano. Si bien los rurales pueden ser divididos por sus propietarios, en general, “para hacerlo tienen que cumplir un requisito: los lotes resultantes de la división tienen que tener una superficie que no sea inferior a media hectárea, es decir 5 mil metros cuadrados. La subdivisión no debe implicar un cambio de uso o destino del suelo”, comenta Alejandra Carrasco, académica de la Fac. de Derecho y Gobierno de la Universidad San Sebastián.
Sin embargo, desde el Ministerio de Bienes Nacionales se produjo una alerta, dado que esta cartera tiene la facultad de regularizar el dominio de una propiedad a quien sea poseedor/a material de un bien raíz, pero que carezca de título de dominio debidamente inscrito en el Conservador de Bienes Raíces, recono- ciéndole la calidad de poseedor regular para adquirir el dominio del inmueble.
Lo que ocurría es que “una empresa vendía ‘derechos’ sobre terrenos, pero no el dominio del bien raíz, ya que las divisiones deben cumplir ciertos requisitos, entre otros el tamaño no puede ser inferior a cinco mil mt2, y en el hecho los derechos vendidos se referían a terrenos mucho más pequeños que lo establecido, y nunca se practicaron inscripciones respecto de estos terrenos”, menciona Carrasco. Así, “los compradores de estos derechos construían sus casas en el terreno que supuestamente habían adquirido y cuando intentaban realizar algún trámite, como el de permisos de alcantarillado, advertían que sus terrenos no estaban regularizados, no se habían loteado, de acuerdo a lo que establece la ley y en algunos casos estaban embargados y hasta hipotecados”, añade la abogada.
Algunas de estas personas intentaron acudir al Ministerio de Bienes Nacionales para, a través de la figura de la regularización de la propiedad raíz, poder inscribir su dominio. “Fue así como se descubrió que esta figura ilícita estaba aplicándose en todo Chile, entre ellas las regiones de Coquimbo y Bío Bío cuentan con cientos de afectados por este ilícito. El ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, ha señalado que este tipo de loteos ya no están siendo regularizados por esta cartera, como sí se hizo en el pasado: una promesa que usaban los loteadores para convencer al posible comprador”, precisa la abogada. Es por ello que la cartera firmó un acuerdo con 345 municipalidades del país para realizar una mesa de trabajo y terminar con los denominados “loteos brujos”.
“El gobierno pretende cerrar la puerta a este ilícito modificando el DL 2695, estableciendo los canales de fiscalización e información para que las personas deban solicitar los permisos correspondientes a las municipalidades antes de comenzar a edificar”, sostiene Carrasco.
Lo más importante es que las personas “deben tener claro que al comprar un bien raíz necesariamente deben estudiarse los títulos, si bien por regla general este trabajo lo hace un abogado, al menos pueden obtener los certificados de dominio vigente de los terrenos que pretenden adquirir, a través del Conservador de Bienes Raíces”, advierte Carrasco. “También pueden acercarse a la municipalidad respectiva a la dirección de obras para averiguar si están autorizados los permisos de edificación y urbanización antes de pagar, para no ser víctimas de este ilícito”, aconseja.