Cómo elegir los zapatos ideales
Son tan importantes, dado que moldean los pies del niño hasta que está completamente desarrollado. Es por ello que se hace necesario tener en consideración distintos elementos para cada etapa de crecimiento.
De acuerdo con Gelmy Barrera, los zapatos que calce el niño van a moldear sus pies hasta su completo desarrollo. Por lo tanto, “en la elección del calzado infantil los padres no deberían dejarse influir por cuestiones estéticas, sino por recomendaciones médicas que incidan positivamente en el desarrollo de los pies, un órgano en constante evolución en el niño, en relación a su edad y al desarrollo de la marcha”. Por ello, recomienda fijarse en los siguientes aspectos:
- De 0 hasta que comienza a gatear: Los calcetines o pantuflas son suficientes para proteger los pies del bebé del frío. El calzado no está recomendado durante esta etapa.
- Fase de gateo: Para proteger los pies del bebé de los golpes durante su fase de gateo, necesita unos zapatos flexibles de tejidos nobles, con protección tanto en la puntera como en el talón y suela blanda de 2-3 mm. Es conveniente vigilar los pies del bebé por si aparecen roces.
- De 1-3 años: Cuando el bebé empieza a andar, debe utilizar un calzado con suelas flexibles que le permitan sentir bajo sus pies cualquier terreno. Además, si tienen velcros, el propio niño puede atarse y desatarse solo, favoreciendo su desarrollo psicomotor.
- De 4-7 años: El zapato debe evitar lesiones, ya que en esta etapa el pie tiene mucha actividad, e impedir que sufra alguna patología.
- De 7-14 años: El niño comienza a establecer el patrón de marcha adulta y el pie no está totalmente desarrollado. En esta etapa, los niños tienden a dejarse llevar por la moda, pero no siempre eligen el calzado más adecuado.
A ello se suma que “las botas no se recomiendan, porque interfieren en una correcta movilidad del tobillo y los movimientos del pie. Tampoco los zapatos con tacos para las niñitas, porque alteran el desarrollo normal del pie”, de acuerdo con la doctora Paula Guzmán.
Para saber si el calzado, les aprieta existen varias técnicas y datos claves que pueden orientar la compra. “Es recomendable revisar periódicamente los zapatos y fijarnos que el dedo más largo del pie quede a aproximadamente un centímetro hasta llegar a la punta, o que quepa un dedo entre el talón y la parte posterior del zapato. Examinar el pie es otra opción y revisar si tiene heridas o rozaduras que nos pueden dar la alerta de que el calzado no es el que corresponde”, recomienda la especialista.