¿Cómo enfrentarlo?
De acuerdo con las cifras de los estudios que ha realizado Julio Villalobos, director del Centro de Transporte y Logística de la Universidad Andrés Bello, existe un déficit estructural de conductores del 20% aproximadamente. “Este déficit se suple con segmentos de conductores informales, con el exceso de horas de conducción más allá de lo permitido por la ley y con la contratación y mantención en el sector de conductores deficientes en su desempeño”, agrega el académico. Por otro lado, entre los conductores profesionales, existe un deseo explícito de abandonar la actividad en los próximos dos años. “El 40% de conductores encuestados por nuestro estudio manifiesta este deseo, esencialmente por las largas horas de sus jornadas laborales y el poco tiempo para estar en familia. Lo anterior hace que el problema de los conductores tenga perspectivas de agravarse en el tiempo”, añade.
Para enfrentar esto, el docente de la UNAB plantea que los programas de formación de nuevos conductores deben enfocarse en “perfiles de personas que las empresas requieren. Para ello, fortalecer los vínculos con la industria resulta fundamental, adicionalmente, el sector público tiene mucho que decir en las condiciones que estos profesionales desempeñan su actividad, esto a través de mejorar la infraestructura de las zonas de detención y descanso en todo el país, a fin de hacer más grata la experiencia de trabajo que se da esencialmente en la ruta”, comenta.