Científicos iluminan el camino con proyecciones y amplio campo.
Ejercer la carrera en cualquier lugar del mundo es una de las ventajas que ofrecen las profesiones vinculadas a la innovación. En biología, en salud, ingeniería y hasta en construcción hay ciencia y tecnología para encontrar nuevas respuestas.
“Ser científico es cool”. Así versa la cuenta de Instagram de la doctora en biología molecular Clarissa Ríos Rojas, quien comenzó sus estudios en Perú, pero terminó internacionalizándose. Aunque sus padres le decían que ser bióloga no le daría dinero suficiente, su pasión prevaleció y no se arrepiente para nada. “La biología me ha abierto muchas puertas en el extranjero, porque es algo que puedes desarrollar en China, Vietnam, Perú, Alemania, Chile o Argentina. Es una carrera súper internacional, se necesitan científicos en todo el mundo. La labor de los científicos es reconocida -aunque no seamos los profesionales que ganamos más dinero- es una carrera de pasión”, afirma la bióloga especialista en mecanismos moleculares para el desarrollo del sexo.
Según la científica, un joven que siente curiosidad sobre cómo funcionan los seres vivos debe estudiar biología, así como aquel que se interesa en cómo funciona el universo puede inclinarse por la física. Clarissa Ríos es bióloga molecular y trabaja en asesoramiento científico gubernamental. De hecho, fue parte del Joint
Research Center de la Comisión Europea, donde debía dar recomendaciones sobre políticas públicas.
“Hay espacios para esta carrera”, dice la bióloga molecular que hizo su bachiller en Perú y gracias a una beca pudo irse de intercambio a Finlandia. Luego, con un master en biomedicina, la científica se especializó en neurociencia, trabajó un año en una empresa farmacéutica en Alemania e hizo su doctorado en Australia.
Otro de los grandes logros de esta científica fue haberle dado vida a la fundación
“Ekpa’ pale” (https://www.ekpapalek. com/), que ofrece programas gratuitos de mentorías profesionales a todos los latinoamericanos que están pensando en hacer su master o doctorado. Mediante recomendaciones, tips y conexiones, los voluntarios de la organización guían a los estudiantes en el camino de la ciencia y la tecnología. “Sean persistentes, sigan sus sueños. Si venimos de condiciones humildes podemos aspirar a becas. Las mentorías son de gran ayuda para saber cómo hacer el cv o cómo llevar una entrevista”, afirma Clarissa Rojas.
La ciencia del movimiento
La kinesióloga Edith Elgueta Cancino siempre quiso estudiar algo relacionado con salud, pero hubo un evento en su vida que la marcó y vino a reforzar esa idea. Su papá tuvo artritis séptica, una complicada patología en la cual su kinesiólogo ayudó mucho, pues gracias a él pudo volver a caminar e incluso correr. Edith tomó el modelo y, aunque como la mayoría de los jóvenes no sabía los detalles de la profesión, se dio cuenta de que era una carrera muy entretenida y que ofrecía muchas áreas. “Puedes trabajar con distintos tipos de patologías o en el área administrativa. En los últimos años, me di cuenta de que es una carrera con muchas proyecciones, aunque había mucho que no se sabía en términos clínicos”, explica.
Por lo anterior, Edith Elgueta, pasó de la kinesiología pura a la ciencia, movida por la investigación de los tratamientos ¿Por qué eran efectivos? ¿Cuáles son los mecanismos biológicos que permitían recuperarse? Eran algunas de las preguntas que se hacía. “Decidí estudiar un postgrado en el extranjero. Me vine a Australia a estudiar cómo el sistema ner- vioso central cambia cuando las personas tienen un dolor de espalda crónico, un problema mundial que genera muchos gastos económicos y ausentismo laboral”, comenta.
Según la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor (ACHED), en Chile hay al menos cinco millones de personas que sufren de dolor crónico no oncológico, de las cuales más del 70% ve afectada su vida cotidiana y en este contexto, la kinesióloga cree que el movimiento y el ejercicio son fundamentales para el tratamiento. “Acabo de ir al Congreso Mundial de Dolor en Estados Unidos y lo que más me llamó la atención es que ninguna droga es más efectiva que el ejercicio, en pacientes que sufren de dolor crónico”, afirma Edith Elgueta.
Como no hace tanto que la profesional dejó la educación secundaria, invita a los jóvenes que ahora salen del colegio a tomar su consejo: buscar carreras en las áreas que sientan más afinidad en el colegio. “El conocimiento está muy abierto, exploren los campos. Es muy importante el desarrollo científico y tecnológico y no está sólo relacionado con inge- niería o biología, en general, todas las carreras tienen aspectos científicos”, dice la kinesióloga.
Y es que la ciencia es crucial para validar los datos, lo que repercute en la ampliación del campo laboral para los científicos. “Hay muchas cosas que podemos hacer, además de muy buena investigación en Chile en kinesiología y cáncer, por ejemplo. En tecnología, tengo colegas que se están dedicando a la realidad virtual para ayudar a las personas en su recuperación”, cuenta Edith Elgueta.
Desde la antigüedad, la arquitectura, la ciencia y la tecnología han estado estrechamente relacionadas y a medida que ha pasado el tiempo, su interrelación es cada vez más necesaria.
““Es muy importante el desarrollo científico y tecnológico y no está sólo relacionado con ingeniería o biología, en general, todas las carreras tienen aspectos científicos”. Edith Elgueta, kinesióloga.