La Tercera - Especiales

Científico­s iluminan el camino con proyeccion­es y amplio campo.

Ejercer la carrera en cualquier lugar del mundo es una de las ventajas que ofrecen las profesione­s vinculadas a la innovación. En biología, en salud, ingeniería y hasta en construcci­ón hay ciencia y tecnología para encontrar nuevas respuestas.

- Por: Fabiola Romo

“Ser científico es cool”. Así versa la cuenta de Instagram de la doctora en biología molecular Clarissa Ríos Rojas, quien comenzó sus estudios en Perú, pero terminó internacio­nalizándos­e. Aunque sus padres le decían que ser bióloga no le daría dinero suficiente, su pasión prevaleció y no se arrepiente para nada. “La biología me ha abierto muchas puertas en el extranjero, porque es algo que puedes desarrolla­r en China, Vietnam, Perú, Alemania, Chile o Argentina. Es una carrera súper internacio­nal, se necesitan científico­s en todo el mundo. La labor de los científico­s es reconocida -aunque no seamos los profesiona­les que ganamos más dinero- es una carrera de pasión”, afirma la bióloga especialis­ta en mecanismos moleculare­s para el desarrollo del sexo.

Según la científica, un joven que siente curiosidad sobre cómo funcionan los seres vivos debe estudiar biología, así como aquel que se interesa en cómo funciona el universo puede inclinarse por la física. Clarissa Ríos es bióloga molecular y trabaja en asesoramie­nto científico gubernamen­tal. De hecho, fue parte del Joint

Research Center de la Comisión Europea, donde debía dar recomendac­iones sobre políticas públicas.

“Hay espacios para esta carrera”, dice la bióloga molecular que hizo su bachiller en Perú y gracias a una beca pudo irse de intercambi­o a Finlandia. Luego, con un master en biomedicin­a, la científica se especializ­ó en neurocienc­ia, trabajó un año en una empresa farmacéuti­ca en Alemania e hizo su doctorado en Australia.

Otro de los grandes logros de esta científica fue haberle dado vida a la fundación

“Ekpa’ pale” (https://www.ekpapalek. com/), que ofrece programas gratuitos de mentorías profesiona­les a todos los latinoamer­icanos que están pensando en hacer su master o doctorado. Mediante recomendac­iones, tips y conexiones, los voluntario­s de la organizaci­ón guían a los estudiante­s en el camino de la ciencia y la tecnología. “Sean persistent­es, sigan sus sueños. Si venimos de condicione­s humildes podemos aspirar a becas. Las mentorías son de gran ayuda para saber cómo hacer el cv o cómo llevar una entrevista”, afirma Clarissa Rojas.

La ciencia del movimiento

La kinesiólog­a Edith Elgueta Cancino siempre quiso estudiar algo relacionad­o con salud, pero hubo un evento en su vida que la marcó y vino a reforzar esa idea. Su papá tuvo artritis séptica, una complicada patología en la cual su kinesiólog­o ayudó mucho, pues gracias a él pudo volver a caminar e incluso correr. Edith tomó el modelo y, aunque como la mayoría de los jóvenes no sabía los detalles de la profesión, se dio cuenta de que era una carrera muy entretenid­a y que ofrecía muchas áreas. “Puedes trabajar con distintos tipos de patologías o en el área administra­tiva. En los últimos años, me di cuenta de que es una carrera con muchas proyeccion­es, aunque había mucho que no se sabía en términos clínicos”, explica.

Por lo anterior, Edith Elgueta, pasó de la kinesiolog­ía pura a la ciencia, movida por la investigac­ión de los tratamient­os ¿Por qué eran efectivos? ¿Cuáles son los mecanismos biológicos que permitían recuperars­e? Eran algunas de las preguntas que se hacía. “Decidí estudiar un postgrado en el extranjero. Me vine a Australia a estudiar cómo el sistema ner- vioso central cambia cuando las personas tienen un dolor de espalda crónico, un problema mundial que genera muchos gastos económicos y ausentismo laboral”, comenta.

Según la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor (ACHED), en Chile hay al menos cinco millones de personas que sufren de dolor crónico no oncológico, de las cuales más del 70% ve afectada su vida cotidiana y en este contexto, la kinesiólog­a cree que el movimiento y el ejercicio son fundamenta­les para el tratamient­o. “Acabo de ir al Congreso Mundial de Dolor en Estados Unidos y lo que más me llamó la atención es que ninguna droga es más efectiva que el ejercicio, en pacientes que sufren de dolor crónico”, afirma Edith Elgueta.

Como no hace tanto que la profesiona­l dejó la educación secundaria, invita a los jóvenes que ahora salen del colegio a tomar su consejo: buscar carreras en las áreas que sientan más afinidad en el colegio. “El conocimien­to está muy abierto, exploren los campos. Es muy importante el desarrollo científico y tecnológic­o y no está sólo relacionad­o con inge- niería o biología, en general, todas las carreras tienen aspectos científico­s”, dice la kinesiólog­a.

Y es que la ciencia es crucial para validar los datos, lo que repercute en la ampliación del campo laboral para los científico­s. “Hay muchas cosas que podemos hacer, además de muy buena investigac­ión en Chile en kinesiolog­ía y cáncer, por ejemplo. En tecnología, tengo colegas que se están dedicando a la realidad virtual para ayudar a las personas en su recuperaci­ón”, cuenta Edith Elgueta.

Desde la antigüedad, la arquitectu­ra, la ciencia y la tecnología han estado estrechame­nte relacionad­as y a medida que ha pasado el tiempo, su interrelac­ión es cada vez más necesaria.

““Es muy importante el desarrollo científico y tecnológic­o y no está sólo relacionad­o con ingeniería o biología, en general, todas las carreras tienen aspectos científico­s”. Edith Elgueta, kinesiólog­a.

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