Crecimiento y plusvalía
Desarrollo de proyectos en el borde costero de la V región.
Uno de los factores que ofrece, generalmente, la opción de vivir en departamento es la seguridad, sobre todo si cuenta con un conserje y es un condominio. Además, este bien puede ser arrendado y puede alcanzar una mayor plusvalía. Por otra parte, una casa es ideal si tiene un antejardín o patio y destaca también por ofrecer más independencia.
Tener una propiedad que esté emplazada en una ciudad costera es el sueño de muchos y muchas chilenos. Una barrera inicial que hay que saltar es la elección de qué tipo de bien raíz elegir, de acuerdo a la realidad familiar y necesidades. ¿Una casa o un departamento? Cada una de estas opciones tiene su ventaja; lo importante es ser realista y tomar una decisión informada y antes de dar el paso de comprometerse con un crédito financiero.
Ricardo Matas Coddou, académico de la Universidad Bernardo O’Higgins, y de la Escuela de Comercio de la Cámara de Comercio de Santiago, explica que el hecho de invertir en una segunda casa debería ser con el objetivo de lograr una renta adicional permanente mediante un arriendo. Sin embargo, debe pesar mucho en la decisión el lugar escogido en el cual se piensa invertir. Por ejemplo, al comprar una casa en un condominio, hay una mayor garantía de seguridad frente a otras alternativas. “Es sabido que al comprar una casa como inversión en el borde costero puede reportar importantes utilidades en época estival, logrando incluso mayor rentabilidad comparativa que entregar el mismo inmueble en arriendo todo un año”, detalla el también gerente de KR Tailor.
Departamentos
En el caso de un departamento también puede ser una buena inversión, incluso más que una casa, cuan-
do se piensa en términos de seguridad de los bienes y del grupo familiar. “El departamento, pese a tener costos asociados como los gastos comunes, muchas veces, se ven más que compensados en el costo social que implica no tener su inmueble bien custodiado y vigilado”, puntualiza Matas. En referencia a una segunda vivienda en el borde costero, puede ser una excelente forma de rentabilizar la inversión, especialmente, pensado en familias arrendatarias que privilegian la seguridad.
Para Sergio Tricio, gerente general de Ruvix, consultora en finanzas personales, la compra de una segunda vivienda más que una alternativa de inversión tiene el fin de utilizar esa propiedad para vacacionar. “En ese contexto, entendiendo ese objetivo, si se pueden generar ingresos, a partir de esa segunda vivienda, bienvenido es. Es decir, que el arriendo permita generar un ingreso que financie los costos de esa segunda vivienda”, dice Tricio.
Una recomendación de este especialista es optar por la compra de espacios más pequeños, ya que tienen más retorno. “Me parece que es más adecuado un departamento que una casa. La ventaja es que es más fácil de arrendar. La casa implica más costos de seguridad y de mantención. Los arriendos que se pueden percibir en un departamento deberían ser mayores que los ingresos de una casa”, enfatiza Tricio. En tanto, una casa puede tener más plusvalía que un departamento por el terreno, el cual se puede valorizar más en el tiempo.
“Siempre hay que evaluar muy bien el ingreso que puede generar ese bien, respecto de lo que se está pagando”, aconseja Tricio. En este sentido, hay que tener en cuenta si el lugar donde se está comprando tiene demanda por arriendo y a la vez que esos arriendos justifiquen el valor que se está pagando.
Perfil del comprador
Otro detalle no menor son las necesidades y expectativas que tiene el propietario frente a la propiedad que quiere comprar. Lo más indicado es evaluar la realidad y decidir los pro y contras de comprar un departamento frente a la opción de la casa. Matas dice que el perfil de las personas está condicionado al nivel de riesgo que desean asumir y costear, lo que depende del perfil de cada persona. “Aquellos menos propensos al riesgo es posible que inviertan más en departamentos, y aquellos que aceptan un riesgo mayor es posible que lo hagan en una casa”, destaca Matas.
Matas agrega que no hay una tendencia clara en la decisión de compra de las personas y que siempre hay excepciones que escapan a la regla. A modo de ejemplo, hay personas que, aunque sean menos riesgosas, optarán igual por una casa si desean invertir en la vivienda después de jubilarse, pensando en la comodidad de accesos. Es una decisión variable y que tiene una relación directa con el nivel de aceptación de riesgos de cada persona.
Zonas más preferidas
Hay algunos balnearios del país que son los más demandados habitacionalmente, en esa lista figuran: Viña del Mar, Concón y La Serena, entre otras ciudades que suelen estar asentadas en la Quinta Región y en la Región de Coquimbo. “Como antecedente, se puede observar hace años un gran crecimiento de casas fabricadas en Zapallar, cuyos valores no bajan de 1 millón de dólares. En estos casos, es notorio el perfil de personas de alto poder adquisitivo, generalmente ejecutivos de mediana edad”, comenta Matas.
La Región de Valparaíso lidera las preferencias por sus claras ventajas frente a otras opciones. Viña y Valparaíso son ciudades relativamente cercanas a la Región Metropolitana. El trayecto en la Ruta 68 en un bus interprovincial toma aproximadamente una hora y media. Además que existen diversos terminales en Santiago que cuentan con buses que realizan esta ruta, ya sea por Agua Santa o vía Las Palmas, que es una de las rutas más usadas hoy en día.
“Una casa como inversión en el borde costero puede reportar importantes utilidades en época estival, logrando incluso mayor rentabilidad comparativa que entregar el mismo inmueble en arriendo todo un año”. Ricardo Matas Coddou, académico de la Universidad Bernardo O’Higgins, y de la Escuela de Comercio de la Cámara de Comercio de Santiago.
“Me parece que es más adecuado un departamento que una casa. La ventaja es que es más fácil de arrendar. La casa implica más costos de seguridad y de mantención. Los arriendos que se pueden percibir en un departamento deberían ser mayores que los ingresos de una casa”. Sergio Tricio, gerente general de Ruvix, consultora en finanzas personales.