El arte como catalizador de emociones y formación integral
creaciones artísticas tiene directa relación con la forma de vida de sus primeros años, reconocemos lo que hacen de manera espontánea: juegan, cantan, bailan, dibujan, estas actividades permiten el desarrollo de diferentes habilidades y destrezas cognitivas, sensoriales y motoras”.
Por ello, los talleres y cursos de artes permiten el desarrollo de la memoria y creatividad, aportando cognitivamente al aprendizaje de un estudiante. “Al integrar las disciplinas artísticas en las prácticas pedagógicas de aula estamos promoviendo el pensamiento creativo en nuestros niños y niñas, a esto se suma que desarrollan un pensamiento más profundo”, explica Robles.
En tanto, las habilidades motrices y físicas que desarrollan los niños con los cursos de artes manuales y visuales son la coordinación visual y motriz, fina y gruesa, dependiendo de la actividad, considerando la forma en que controla su cuerpo y guía su grafismo. “Lo anterior nos hace pensar, ¿por qué si estas actividades artísticas tienen tanto beneficio para el desarrollo del aprendizaje de un estudiante, se destina tan poco tiempo para ellas en el currículum nacional?”, plantea el director de la UDLA.
Si se observa que el niño cuenta con habilidades artísticas lo primero es incentivarlo a través del refuerzo positivo y siempre valorando el trabajo realizado. “Pero cuidado con enfatizar en el resultado, también debemos considerar su capacidad. Si felicitamos a nuestro hijo o hija con la frase ´que hermosa escultura´ también podemos afirmar diciendo ´fuiste muy creativo/a´, esto permitirá crear la confianza en ellos”, sostiene Guillermo Robles.
También, se deben entregar los insumos necesarios para que desarrollen la expresión artística que más llama su atención. “Si al niño o niña le gusta por ejemplo la pintura, cómprale lápices y habilita un espacio para que pinte. Los padres en muchas ocasiones cometen el error de generar estrés en los hijos, el ejemplo más cotidiano es cuando un niño raya una pared de la casa, la primera reacción es retar, castigar, ¿por qué mejor no habilitamos un espacio en la pared? Y le hacemos comprender que ahí puede expresarse”, sostiene el especialista de la UDLA.