100 años de producción de Suplementos Alimenticios y Productos medicinales de origen natural
Salus Haus aprovecha la fuerza de la naturaleza para ofrecer una amplia gama de jarabes, infusiones, gotas y elixires. Los productos están disponibles en 68 países, entre esos Chile, distribuidos por la Empresa Salus Floradix Chile; y son una excelente op
La empresa Salus Haus nace en Alemania en 1916, luego de que su fundador, el Dr. en medicina Otto Greither, padeciera una grave enfermedad y encontrara la forma de mejorarse por sí mismo mediante productos naturales, sin necesidad de recurrir a la medicina tradicional. Teniendo en cuenta su experiencia y diversas investigaciones realizadas, el Dr. Greither analizó la existencia de un vínculo entre la forma de alimentarse y su mala salud. Es así como produjo su primera infusión, un té que fue el resultado de la mezcla de veinte diferentes hierbas con el fin de estimular el metabolismo y disolver el ácido úrico.
Este método de sanación pasó a formar parte de la llamada cura Salus que se centraba en la fuerza de la naturaleza para aliviar enfermedades. Con el objetivo de comercializar esta infusión natural, el Dr. Greither fundó en Múnich la primera fábrica Salus Haus donde comenzó a elaborar jarabes, infusiones y gotas para el cuidado de la salud, utilizando las plantas como materia prima. Fue tanto el éxito alcanzado que ya en 1930 habían 23 variedades diferentes de infusiones ecológicas de hierbas Salus.
A lo largo de sus 100 años de existencia, la empresa ha logrado consolidarse en el mercado con sus productos medicinales naturales. Reflejo de ello es que actualmente Salus vende sus productos en 68 países y está presente con sucursales propias en Chile, Inglaterra, Italia y España.
La tradición familiar continúa
La Segunda Guerra Mundial casi significó el fin de la empresa alemana. Tras los constantes bombardeos durante el conflicto bélico, la producción de infusiones se vio muy afectada. “Pero quedó una parte en pie con la que pudimos empezar de nuevo después de la guerra”, recuerda Otto Greither, de 91 años, hijo mayor del fundador de la empresa que quedó a cargo del negocio desde 1945.
La primera tarea fue acondicionar un espacio para reestablecer la elaboración de las mezclas, además de conseguir hierbas para la producción. Con apenas 20 años y siendo huérfano de padre y madre, Otto se hizo cargo de su hermano y de la empresa familiar. Eso sí, tuvo que conseguir un poder notarial para ser nombrado gerente de Salus porque en ese momento la mayoría de edad se alcanzaba al cumplir los 21 años.
En ese época la producción era bastante difícil y los materiales para reconstruir los edificios destruidos eran escasos. Sin embargo, el negocio empezó a funcionar bien y no necesitaron hacer mucha publicidad de las infusiones. “Los clientes nos quitaron de las manos todo lo que producimos”, relata Greither.
Con la postguerra y el paso de los años, el nuevo dueño se dio cuenta de los cambios que estaba experimentando el mercado y decidió apostar por la exportación. Además, era fundamental garantizar la excelencia de los productos y todas las hierbas eran analizadas cuidadosamente en el propio laboratorio de la empresa. Al igual que a su padre, a Otto le importa mucho la calidad de sus productos.
Compromiso y calidad
Las correctas decisiones han sido un reflejo del éxito y reconocimiento a nivel mundial alcanzado por la empresa. Por ejemplo, la contratación del Dr. Heinz Schilcher en 1962, un farmacéutico que llevó a cabo diversos análisis en el laboratorio sobre la pureza en las plantas, convirtió a Salus en una empresa pionera en el sector fitofarmacéutico. Desde este hecho hasta hoy el laboratorio se caracteriza por trabajar con la más avanzada tecnología y altos estándares de calidad, incluso mucho más estrictos de lo establecido por ley, para garantizar la pureza máxima de los productos que son elaborados.
Años después, en 1968, la empresa instaló su sede en la localidad de Bruckmühl, Alta Baviera, Alemania. Otro hecho importante fue la adquisición de Schoenenberger en 1991, uno de sus mayores competidores, que pasó a integrar el Grupo Salus. Además, ese mismo año la empresa alemana llegó a Chile para establecer sus cultivos en territorio nacional.
Tras el desastre nuclear de Chernobyl en 1986, que infestó los suelos europeos con la radiación, Chile apareció como una gran oportunidad para establecer nuevos cultivos. El agua, suelo y las barreras naturales de nuestro país eran –y aún son- una gran ventaja para cultivar plantas medicinales, pues están libres de contaminantes y sustancias nocivas. El lugar escogido fue Villarrica, un lugar de ensueño y con naturaleza exuberante, y hoy cuenta con más de 600 hectáreas de tierras orgánicas certificadas y dedicadas a ello, donde se cultivan más de 30 variedades de hierbas y existen otras 100 en experimentación de diversas partes del mundo. De esta manera, Salus se transformó en la primera y única empresa con la plantación de té verde más austral del mundo.