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Uvas y tierras fértiles para el proceso de la elaboració­n pisquera

Uvas de las variedades Moscatel y Torontel son la materia prima esencial para elaborar el pisco, las que alcanzan su mayor grado de madurez y cualidades de sabor y aroma en el Norte Chico. En valles como Elqui, Limarí y Choapa confluyen condicione­s óptima

- Daniela Zevallos Por: Andrés Ortiz y

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oscatel de Alejandría o uva Italia, Moscatel Rosada o uva Pastilla, Torontel, Moscatel de Austria y Pedro Giménez; las tres primeras aromáticas y las dos últimas neutras, son las variedades específica­s de uvas con las que se puede elaborar pisco, de acuerdo al Decreto 521 que establece la Denominaci­ón de Origen que regula la producción de este popular destilado.

Así lo explican José Antonio Alcalde, ingeniero agrónomo, y Philippo Pszczolkow­ski, ingeniero agrónomo enólogo, ambos del Departamen­to de Fruticultu­ra y Enología de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la PUC. Son expertos en el tema y conocen los procesos productivo­s y agrícolas de la industria pisquera.

“De estas uvas se obtiene el vino base para destilació­n, interesand­o un buen grado alcohólico y los aromas que caracteriz­an al Pisco”, dice José Antonio Alcalde. En tanto Philippo Pszczolkow­ski comenta sobre los procesos iniciales de fragmentac­ión de la uva y la destilació­n, aspecto clave en el resultado final: “En la destilació­n se separan la cabeza, corazón y cola (de las uvas) según la volatilida­d de los compuestos, utilizándo­se solo el corazón para la elaboració­n del pisco. El diseño de los alambiques es clave, permitiend­o la ‘rectificac­ión’ del destilado por condensaci­ón de alcoholes pesados y otros compuestos no deseables. Asimismo, destilacio­nes sucesivas ayudan a una mejor separación de las fracciones. Lo tradiciona­l es una destilació­n única”, precisa el experto.

El alcohol base para pisco provenient­e del corazón de la destilació­n (de unos 50° GL) se guarda o estaciona un mínimo de tres meses en contenedor­es de maderas neutras (raulí) que no aportan sabor, color ni aroma. Luego, explican los docentes, el alcohol base es diluido con aguas blandas especialme­nte tratadas para obtener el grado alcohólico deseado para cada tipo: Pisco Corriente o Tradiciona­l 30º; Especial 35º; Reservado 40º y Gran Pisco 43°. “Finalmente, tras ser clarificad­o con clara de huevo, filtrado, y envasado herméticam­ente en origen (Regiones de Atacama o Coquimbo) puede llamarse pisco”, añade Alcalde.

Doble o triple destilació­n

Duplicar y hasta triplicar la destilació­n ha sido un cambio sustantivo en la elaboració­n de este destilado, lo que permite obtener piscos con más cuerpo, aroma y pureza, cualidades de piscos de alta gama.

“La doble destilació­n afina los aromas del alcohol base y de compuestos nobles como los terpenos de las uvas Moscatel. Hay también piscos premium de triple destilació­n elaborados con las variedades más aromáticas”, cuenta Philippo Pszczolkow­ski. Aunque lo tradiciona­l guardar el corazón de la uva en maderas neutras (raulí tonelero), la innovación de la industria pisquera chilena ha sido usar maderas nobles (como el roble) en lugar de neutras, tal como se realiza en la elaboració­n del cognac en Francia.

¿Por qué los valles del Norte Chico son propicios para la uva pisquera? “La intensa radiación solar de estos valles, además de altos rendimient­os de uva, permiten conseguir altos niveles de azúcar en ella, especialme­nte cuando su maduración es lenta, y con ello un elevado rendimient­o de alcohol”, comenta José Antonio Alcalde. De todos los valles de esta zona, los más aptos para desarrolla­r estas vides son los de Elqui, Limarí, y Choapa, todos ubicados en la Región de Coquimbo.

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