Niños y adolescentes
La metodología para la enseñanza - aprendizaje en estas etapas.
El inglés es uno de los idiomas universales. Su aprendizaje requiere una metodología especial, sobre todo en niños y adolescentes. De acuerdo a José Luis Rioseco, director de Chile Psicólogos, la enseñanza de inglés en niños debe considerar las particularidades de ese niño y de su ambiente. “No es lo mismo enseñar a un niño cuya realidad cotidiana es la rutina de la ciudad que a un niño cuyo contexto cotidiano es la vida en el campo o la playa”, dice. Tampoco es lo mismo enseñar a un niño que tenga grandes facilidades de aprendizaje a otro que le cueste un poco más y necesite un mayor apoyo experiencial o pedagógico. “En definitiva, cualquier metodología que se emplee para enseñar inglés a un niño debe estar adecuada y pensada para la realidad de ese niño en particular y no debe ser una metodología elaborada a priori de forma estándar para cualquier estudiante”, agrega Rioseco.
Cualquier tipo de metodología que se utilice debe incorporar el aprendizaje significativo, lo que según este especialista, debe ir más allá de la memorización de palabras o de fórmulas gramaticales. Debe ser una enseñanza que le sirva al menor para desenvolverse mejor en su propia realidad, sobre todo teniendo en cuenta el auge de la tecnología, como el internet, las series, los juegos y las aplicacio- nes, donde el contacto con el idioma inglés es frecuente, incluso sin necesidad de tener que viajar al otro lado del mundo.
“Desde este punto, una buena metodología es analizar el contexto cotidiano en el que el niño se relaciona y comenzar enseñándole las palabras, verbos y modismos más vinculados a su realidad particular, eligiendo, dentro de las numerosas herramientas digitales que existen hoy en día, aquellas que capten más su atención”, destaca el director de Chile Psicólogos.
Adolescencia
En esta etapa es fundamental reforzar la base de inglés que tienen los adolescentes. La clave es atraerlos a través de sus intereses y conectarlos con el idioma, utilizando diversos formatos, como la lectura, la música, las películas, etc. “Un ejemplo puede ser leer un libro de algún interés en particular, aprenderse las canciones de un grupo favorito o ver películas en su idioma original”, aconseja Rioseco, quien agrega que uno de los medios que más ocupan los adolescentes son el smartphone y ahí existen aplicaciones que pueden ayudar a los jóvenes a aprender o reforzar este idioma.
“Es recomendable empezar a aprender un segundo idioma a corta edad para que tengan una base, ya que los niños no conocen la sensación de vergüenza que comienza a desarrollarse en las etapas posteriores del desarrollo debido a un aprendizaje social. Es por esto que su mente es más permeable a la incorporación de un idioma extranjero y el niño teme mucho menos a exponerse en público y equivocarse, lo que en definitiva aumenta sus posibilidades de aprender”, reflexiona finalmente.