Pymes y empresas preparadas para subirse a la nube
Para que el tránsito a la computación en la nube sea un viaje sin sobresaltos, los expertos recomiendan evaluar cuidadosamente aspectos como los requerimientos informáticos de su negocio, el nivel de los potenciales proveedores y la gradualidad del cambio.
La computación en la nube es una industria que no para de crecer alrededor del mundo. Según las estimaciones más recientes de la International Data Corporation (IDC), a finales de este año la inversión mundial en infraestructura y servicios computacionales en la nube debiera alcanzar los $160 mil millones de dólares, registrando un crecimiento de 23% respecto de 2017. Los sectores que, se espera, crezcan con más fuerza son las manufacturas de bienes de consumo, los servicios profesionales y la banca.
Uno de los principios clave del cloud computing es el reemplazo de los servidores físicos por otros virtuales, ubicados en internet, donde queda almacenada la información de una determinada organización o empresa, a la cual pueden acceder sus colaboradores en cualquier momento, al igual que en los servicios tradicionales físicos.
El surgimiento de esta tecnología es de especial relevancia para aquellas empresas que usan la tecnología en sus procesos de generación de valor. Por este motivo, en la actualidad la pregunta surge inmediatamente para muchas compañías: ¿es pertinente subirse a esta tecnología?
“Cuesta encontrar negocios o empresas que no califiquen para migrar sus servicios a la nube. Lo anterior se da porque actualmente la generación de valor de los nego- cios, y sobre todo de las pymes, es a través de la web o internet”, explica Claudio Casado, académico del Centro de Investigación en Ciberseguridad de la Universidad Mayor.
Pese a esto, es importante que cada empresa haga una estimación de los costos de inversión, operación y mantenimiento de su infraestructura tecnológica, para poder compararla con el gasto que significa migrar y mantener su información y servicios en la nube. “Si ello, junto con un análisis de riesgo y de gestión de cambio, apunta a que el costo y la continuidad de las operaciones se ven beneficiadas por operar en la nube, entonces debiese migrar”, afirma Luciano Ahumada, director de la Escuela de Informática y Telecomunicaciones de la Universidad Diego Portales.
Con el viento a favor
Uno de los principales beneficios que los expertos destacan en torno a la migración a servicios tecnológicos en la nube, son los económicos. Entre otras cosas, no será necesario que la empresa realice inversiones iniciales en equipamientos para alojar sus servicios. “Por ejemplo, adquisición de servidores y adecuación del espacio físico donde se alojarán estos, donde se deben considerar varios estándares de seguridad y calidad”, detalla Casado. Esto es especialmente relevante en el caso de las pymes, debido a lo ajustado de sus presupuestos iniciales.
Otra ventaja relevante es que la nube es “elástica”, en comparación con los servicios de data center tradicionales. Esto quiere decir que si bien una empresa puede contratar una cantidad de almacenamiento determinada, la organización puede darle uso desde un principio o no. Según explica el académico de la U. Mayor, “esto permite que la empresa pueda extender o disminuir la cantidad de los recursos que necesite, en función de su máximo contratado, de forma sencilla solo ingresando al panel de administración de la nube”.
Una tercera ventaja que ofrece la computación en la nube es que los colaboradores de una compañía tienen la posibilidad de acceder a la información relevante de su negocios, prácticamente desde cualquier punto del mundo. Eso sí, Luciano Ahumada advierte que “la ubicuidad en el acceso dependerá de las políticas de seguridad con que cuente cada empresa, por lo que no necesariamente es un beneficio”.
Cuidados a considerar
Una de las principales preocupaciones que tienen los ejecutivos de distintas empresas al momento de enfrentar la decisión de migrar al cloud computing es qué tan seguros son estos servicios y qué tan a resguardo se encontrará su información en ellos. De hecho, estudios internacio-
Cuesta encontrar negocios o empresas que no califiquen para migrar sus servicios a la nube. Lo anterior se da porque actualmente la generación de valor de los negocios, y sobre todo de las pymes, es a través de la web o internet”.
Claudio Casado, académico del Centro de Investigación en Ciberseguridad de la Universidad Mayor.
nales muestran que algunas de las principales visiones de los empresarios en torno al cloud computing son que este servicio es más vulnerable a violaciones de seguridad y que los datos son seguros cuando la empresa puede controlarlos físicamente. Sin embargo, los servidores en la nube tienen similares medidas de seguridad y están expuestos a los mismos riesgos que los datacenter físicos. Por otro lado, dependiendo del rubro en el que se desempeñe una empresa, puede variar su nivel de sensibilidad ante una migración a la nube. “No es lo mismo hablar del retail, que de una empresa que despacha insumos electrónicos a sus clientes. La naturaleza de la operación y los procesos relacionados son los que definen cuán sensible es la migración”, puntualiza Ahumada.
Para evitar trastornos, tanto para los colaboradores como para los clientes de una empresa, es que la migración desde servidores físicos a virtuales sea pausada. “Uno de los mayores riesgos al momento de tomar la decisión de migrar a la nube, es el que tiene que ver con el cambio de ambiente al que se van a ver sometidos los servicios, ya que puede conllevar errores de configuración. Por lo anterior, la migración debe ser gradual”, dice Casado.