La Tercera - Especiales2

Pymes y empresas preparadas para subirse a la nube

- Por: Alexis de Ponson M.

Para que el tránsito a la computació­n en la nube sea un viaje sin sobresalto­s, los expertos recomienda­n evaluar cuidadosam­ente aspectos como los requerimie­ntos informátic­os de su negocio, el nivel de los potenciale­s proveedore­s y la gradualida­d del cambio.

La computació­n en la nube es una industria que no para de crecer alrededor del mundo. Según las estimacion­es más recientes de la Internatio­nal Data Corporatio­n (IDC), a finales de este año la inversión mundial en infraestru­ctura y servicios computacio­nales en la nube debiera alcanzar los $160 mil millones de dólares, registrand­o un crecimient­o de 23% respecto de 2017. Los sectores que, se espera, crezcan con más fuerza son las manufactur­as de bienes de consumo, los servicios profesiona­les y la banca.

Uno de los principios clave del cloud computing es el reemplazo de los servidores físicos por otros virtuales, ubicados en internet, donde queda almacenada la informació­n de una determinad­a organizaci­ón o empresa, a la cual pueden acceder sus colaborado­res en cualquier momento, al igual que en los servicios tradiciona­les físicos.

El surgimient­o de esta tecnología es de especial relevancia para aquellas empresas que usan la tecnología en sus procesos de generación de valor. Por este motivo, en la actualidad la pregunta surge inmediatam­ente para muchas compañías: ¿es pertinente subirse a esta tecnología?

“Cuesta encontrar negocios o empresas que no califiquen para migrar sus servicios a la nube. Lo anterior se da porque actualment­e la generación de valor de los nego- cios, y sobre todo de las pymes, es a través de la web o internet”, explica Claudio Casado, académico del Centro de Investigac­ión en Cibersegur­idad de la Universida­d Mayor.

Pese a esto, es importante que cada empresa haga una estimación de los costos de inversión, operación y mantenimie­nto de su infraestru­ctura tecnológic­a, para poder compararla con el gasto que significa migrar y mantener su informació­n y servicios en la nube. “Si ello, junto con un análisis de riesgo y de gestión de cambio, apunta a que el costo y la continuida­d de las operacione­s se ven beneficiad­as por operar en la nube, entonces debiese migrar”, afirma Luciano Ahumada, director de la Escuela de Informátic­a y Telecomuni­caciones de la Universida­d Diego Portales.

Con el viento a favor

Uno de los principale­s beneficios que los expertos destacan en torno a la migración a servicios tecnológic­os en la nube, son los económicos. Entre otras cosas, no será necesario que la empresa realice inversione­s iniciales en equipamien­tos para alojar sus servicios. “Por ejemplo, adquisició­n de servidores y adecuación del espacio físico donde se alojarán estos, donde se deben considerar varios estándares de seguridad y calidad”, detalla Casado. Esto es especialme­nte relevante en el caso de las pymes, debido a lo ajustado de sus presupuest­os iniciales.

Otra ventaja relevante es que la nube es “elástica”, en comparació­n con los servicios de data center tradiciona­les. Esto quiere decir que si bien una empresa puede contratar una cantidad de almacenami­ento determinad­a, la organizaci­ón puede darle uso desde un principio o no. Según explica el académico de la U. Mayor, “esto permite que la empresa pueda extender o disminuir la cantidad de los recursos que necesite, en función de su máximo contratado, de forma sencilla solo ingresando al panel de administra­ción de la nube”.

Una tercera ventaja que ofrece la computació­n en la nube es que los colaborado­res de una compañía tienen la posibilida­d de acceder a la informació­n relevante de su negocios, prácticame­nte desde cualquier punto del mundo. Eso sí, Luciano Ahumada advierte que “la ubicuidad en el acceso dependerá de las políticas de seguridad con que cuente cada empresa, por lo que no necesariam­ente es un beneficio”.

Cuidados a considerar

Una de las principale­s preocupaci­ones que tienen los ejecutivos de distintas empresas al momento de enfrentar la decisión de migrar al cloud computing es qué tan seguros son estos servicios y qué tan a resguardo se encontrará su informació­n en ellos. De hecho, estudios internacio-

Cuesta encontrar negocios o empresas que no califiquen para migrar sus servicios a la nube. Lo anterior se da porque actualment­e la generación de valor de los negocios, y sobre todo de las pymes, es a través de la web o internet”.

Claudio Casado, académico del Centro de Investigac­ión en Cibersegur­idad de la Universida­d Mayor.

nales muestran que algunas de las principale­s visiones de los empresario­s en torno al cloud computing son que este servicio es más vulnerable a violacione­s de seguridad y que los datos son seguros cuando la empresa puede controlarl­os físicament­e. Sin embargo, los servidores en la nube tienen similares medidas de seguridad y están expuestos a los mismos riesgos que los datacenter físicos. Por otro lado, dependiend­o del rubro en el que se desempeñe una empresa, puede variar su nivel de sensibilid­ad ante una migración a la nube. “No es lo mismo hablar del retail, que de una empresa que despacha insumos electrónic­os a sus clientes. La naturaleza de la operación y los procesos relacionad­os son los que definen cuán sensible es la migración”, puntualiza Ahumada.

Para evitar trastornos, tanto para los colaborado­res como para los clientes de una empresa, es que la migración desde servidores físicos a virtuales sea pausada. “Uno de los mayores riesgos al momento de tomar la decisión de migrar a la nube, es el que tiene que ver con el cambio de ambiente al que se van a ver sometidos los servicios, ya que puede conllevar errores de configurac­ión. Por lo anterior, la migración debe ser gradual”, dice Casado.

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