Ataques cada vez más sofisticados y complejos Triada fundamental
Los analistas pronostican que estas acciones ilícitas serán más dirigidas, localizadas, personalizadas y perpetradas por estructuras criminales que lucirán altos niveles de especialización y organización.
¿Cómo serán los delitos informáticos a futuro y qué consecuencias podrían tener? Un trascendente tema que los especialistas y asesores en materia de ciberseguridad han comenzado a proyectar con el propósito de iniciar el desarrollo y la implementación de soluciones cada vez más eficaces que permitan prevenir y mitigar estos ataques que conllevan serios riesgos para todos los involucrados.
En ese contexto ¿cuáles serán las principales características de las próximas generaciones de ataques informáticos? El analista de software y cloud de IDC Chile, Jonathan Namuncura, enfatiza que en lo global serán cada vez más complejos de abordar: “considerando que esta clase de amenazas tienen múltiples vectores para irrumpir, lo que se encuentra absolutamente claro es que estarán basados en la utilización de redes en un entorno hiperconectado y afectarán a múltiples plataformas”.
El modo de operación de los cibercriminales también ya ha sido proyectado: las redes serán el escenario más aprovechado por estos individuos o grupos de inescrupulosos. Ahí convergerán los distintos puntos de conexión entre personas, máquinas y empresas. Se debe considerar que parte de los ataques se basarán en las vulnerabilidades de los usuarios y, por ese motivo, es importante que todos seamos cada vez más conscientes sobre nuestros hábitos informáticos.
Preparación y anticipación
Tomando en cuenta el crecimiento exponencial que ha registrado el comercio electrónico, en el que casi el 70% de los consumidores emplea su laptop para realizar compras en línea, es fundamental que se definan políticas públicas para asegurar este tipo de transacciones comerciales. Así lo resalta Namuncura, quien agrega que la filtración de información es una situación que puede exponer tanto a personas como a empresas y el sector público.
“También, es clave en todo este panorama la formación de profesionales altamente especializados en el área: en este punto las instituciones de educación superior del país tienen mucho potencial para desarrollar adecuaciones curriculares e incluso crear nuevas carreras”, sostiene el experto.
¿Cómo se están preparando los gobiernos y las organizaciones para enfrentar este escenario? En el caso de nuestro país el analista revela que se suscribió un importante acuerdo de cooperación con Estados Unidos que tiene como foco la ciberseguridad. Además, el sector privado sigue avanzando en esta materia: las iniciativas tendientes a implementar soluciones relacionadas con las tecnologías de la información y las comunicaciones se posicionaron como la primera prioridad durante 2017.
Los delitos informáticos serán cada vez más dirigidos, localizados, personalizados (inclusive en nuestro propio idioma) y perpetrados por estructuras criminales que lucirán niveles cada vez más altos en términos de especialización y organización, a la par de las empresas más avanzadas. Así lo anticipa el director regional de tecnología de Sonda Chile, Javier Romano, quien advierte que es necesario desterrar la idea romántica del hacker que las películas de Hollywood han ayudado a concebir.
“En el futuro nos enfrentaremos a organizaciones criminales que tendrán propó- sitos bien concretos. Hoy ya cuentan con los recursos técnicos y financieros para reclutar especialistas y su motivación se centrará en los altos réditos económicos que entregan sus acciones. Los ataques seguirán creciendo en cantidad e impacto”, subraya el profesional.
A su juicio, el modo de operación buscará siempre las oportunidades que la creciente exposición de datos personales y financieros de los usuarios les entregue. Es así como vaticina que los ataques ransomware, que se valen de la extorsión con la finalidad de exigir una recompensa para liberar información, serán los más relevantes. A ellos se sumarán la intervención de las transacciones electrónicas y la explotación de la dificultad que conlleva la trazabilidad de las criptomonedas.
“Analizando este escenario y desde la perspectiva de la ciberseguridad será básico garantizar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información. Todo con la intención que los datos sigan siendo privados, ya sea por regulación, competencia o estrategia”, puntualiza Romano.
Según prevé, el desafío apuntará a que toda esta información no sea sustraída, modificada, alterada o eliminada, así como también a asegurar de manera permanente que los sistemas se encuentren siempre
“En el futuro, nos enfrentaremos a organizaciones criminales que tendrán propósitos bien concretos. Hoy ya cuentan con los recursos técnicos y financieros para reclutar especialistas y su motivación se centrará en los altos réditos económicos que entregan sus acciones”. Javier Romano, director regional de tecnología de Sonda Chile.
disponibles para los procesos que desarrollan las empresas e instituciones. Un reto trascendental para prevenir los ciberdelitos o aminorar el impacto que podrían generar.
“No existe una ‘bala de plata’ que resguarde la seguridad de los usuarios, ya que la protección se debe promover reforzando y consolidando la triada compuesta por las personas, los procesos y la tecnología. Entrenar a las personas en esta materia, asegurar todo mediante procesos de control y apoyar la gestión con un conjunto de soluciones de tecnología que protejan la red perimetral, los aplicativos en la nube, las transacciones, los computadores y los dispositivos”, destaca el experto.