Emociones que unen a tres generaciones
Desde el legendario Pong de 1972 hasta los actuales sucesos de videojuegos, las consolas y títulos de mundo gamer conquistan por igual a personas de distintas edades. Una realidad virtual que invita a protagonizar increíbles historias y que asombra con su despliegue audiovisual a grandes y chicos.
Se puede jugar en línea o junto al adversario frente a la pantalla, y cualquiera se puede sumar sin importar la edad, con tal de que disfrute y se empape de la fantasía audiovisual. Así de transversal es el entusiasmo que provocan los videojuegos, que se han constituido como una parte fundamental de la cultura digital en la sociedad actual.
La historia gamer comenzó con la pionera máquina Pong en 1972, tomó vuelo con la consola Atari 2.600 en 1981, y desde entonces, no ha dejado de renovarse con videojuegos y consolas cada vez más deslumbrantes. Así, quienes fueron niños o adolescentes a fines de los setenta y que disfrutaron aquellas consolas, hoy son padres o abuelos de gamers 3.0, que juegan en línea con personajes tan exitosos como “Mario Bros” o “Link” de “La Leyenda de Zelda”.
Según explica el Dr. en sociología Raynier Hernández, docente e investigador de la Universidad Tecnológica Metropolitana, un elemento relevante para explicar el estímulo a las relaciones intergeneracionales que genera el mundo gamer, tiene que ver con la capacidad de narrar historias que entrega cada uno de los videojuegos diseñado por la industria. “La narrativa implica contar una historia y tener un personaje central como pieza clave que ‘atrapa’ a los usuarios. En este sentido, lo que se ofrece al usuario son bienes simbólicos (premios, nuevas historias y argumentos, caracterización de personajes, retos) que les hacen sentido y los involucra independientemente de su edad”.
¿Por qué son tan atractivos los videojuegos para adultos y niños? “El atractivo mayor es que te involucras, pero en una realidad ficticia, algo así como ser parte de la fantasía. Desde este punto de vista, se vuelven encantadores los videojuegos para grandes y pequeños, pues es una vivencia y no solo una experiencia. No es lo mismo ver una película de acción que formar parte de ella, eso hace la gran diferencia”, dice la psicóloga Karina Navarro. La profesional de Vidaintegra propone que los padres puedan involucrarse en los videojuegos y así entiendan el mundo en que viven los hijos; “puede ayudar a aumentar la comunicación y tener cierto control en lo que juegan y con quién juegan”.
Más allá del juego
Es importante recordar, acota Raynier Hernández, que los vínculos e interacciones que generan los videojuegos, muchos se gestan en comunidades virtuales, adquieren características distintas a la interacción social convencional, por darse en un ambiente virtual. Ahora bien, esta interacción online puede también dar lugar a vínculos sociales tradicionales. “Es posible plantear que el juego potencia o sirve de plataforma para la construcción de comunidad”, afirma el sociólogo y docente de UTEM.