Tecnología e ingeniería
Especialización al alza y carreras que se consolidan.
Son muchos los procesos de transformación que está viviendo el mundo, principalmente por el impacto del cambio tecnológico que repercute en las distintas áreas de formación. Estas constantes innovaciones no solo benefician a la humanidad, sino que a la vez suponen un desafío en la formación y ejercicio de los profesionales.
La ingeniería es una de las carreras en las que más se percibe esta transformación y que se ha visto impactada directamente con el cambio tecnológico. Asimismo, esta profesión ha tenido un crecimiento sostenido en su matrícula y el número de titulados. Según datos del Colegio de Ingenieros de Chile, solo la carrera de ingeniería civil supera los 80 mil matriculados y seis mil titulados, y tal como señala la institución, esta cifra no necesariamente da cuenta de los requerimientos del país en términos de profesionales de la ingeniería.
Otro factor a considerar para las carreras que deben ir en constante desarrollo, y que tal y como recalca Mauro Grossi, secretario general del Colegio de Ingenieros, es que “desde el sector productivo, hemos mantenido un modelo basado en la exportación de materias primas, con escasas iniciativas de agregar valor o innovar. Finalmente, es fundamental contar con un sistema de habilitación y certificación profesional que permita asegurar un mínimo de calidad en quienes ejercen profesionalmente”. Los planteamientos anteriores, enfrentan al gremio de la ingeniería a un sinnúmero de desafíos en la formación y el ejercicio de la profesión y que es fundamental para quienes deciden estudiar esta carrera y sus diversas especializaciones. Entre ellos destacan:
• Lograr entender que la gran mayoría de las tareas sistemáticas, en algunos años más sólo serán realizadas por máquinas, lo que genera un tremendo desafío en identificarlas por una parte y saber en qué momento deberán desaparecer de la formación.
• Sumado a las llamadas habilidades blandas, es relevante entender, que esta es una profesión de carácter social, ya que todo lo que se hace impacta en las personas.
• Se necesitan profesionales capaces de contribuir a transitar de un país exportador de materias primas, a un país exportador de valor y de conocimiento. Esto nos obliga a contar con capital humano altamente calificado y experto.
Áreas emergentes
El país necesita de aquellos profesionales que sean capaces de transformar y modernizar sus entornos de trabajo, con el objetivo de agregar valor a la organización donde se desempeñan. Además, se requiere de una visión global e integradora en su formación, que les permita hacer parte a la comunidad de referencia de sus proyectos.
“El desarrollo y la innovación que se está produciendo en las nanotecnologías, está dando paso a la creación de nuevas especialidades de la ingeniería como la bioingeniería, biomédica, nuevos materiales, y robótica, entre otras. Acá se presume que se desarrollará en el futuro cercano una nueva demanda de profesionales en estas áreas”, explica Grossi. Por otro lado, pasa a ser relevante contar con profesionales capaces de transformar los procesos productivos y modelos de negocio en oportunidades de crecimiento y apertura de mercados, mediante la agregación de valor.
Lo anterior, debe sumarse a un campo específico que dice relación con la capacidad de entender y enfrentar la sensibilidad de las sociedades. Esto demanda profesionales con amplios conocimientos de los sistemas ambientales, que aseguren una correcta evaluación de los impactos de los proyectos y la mitigación de ellos, y especialmente el diseño del trabajo y la relación con las comunidades.