Qué no perderse en la ciudad y sus alrededores
Una buena infraestructura, gran oferta gastronómica y entretención durante todo el año, posicionan a Antofagasta como un buen destino residencial y turístico. Sus entornos y postales inigualables llaman la atención de chilenos y extranjeros.
Con un enorme borde costero, cientos de kilómetros del desierto más seco del mundo, flora y fauna única, salares, lagunas y cielos limpios, Antofagasta recibe a miles de turistas cada año, sobre todo en la temporada estival, y aumenta cada vez más sus habitantes principalmente por su principal característica: sus atractivos y actividades que se pueden realizar en la ciudad y su entorno.
Considerada como la capital minera de Chile, la ciudad cuenta con excelente infraestructura para recibir a los visitantes y una excelente infraestructura, gastronomía, vida nocturna y entretención. El Servicio Nacional de Turismo destaca que dentro del plan, el visitante debe conocer su casco histórico donde se encuentran museos y Monumentos Nacionales que son testigos de la historia de la ciudad. También, el Parque Croacia, pulmón verde de la comuna al igual que el Parque Brasil y que es un lugar de encuentro en el borde costero.
Para quienes buscan actividades al aire libre y un poco de adrenalina, específicamente en las dunas Los Pimpineles, al norte de la ciudad, el parapente es una opción para admirar el extenso océano y los colores del desierto. También, el sector de Roca Roja cuenta con todas las condiciones para la práctica de sandboard, descenso en arena por medio de una tabla, con la opción de tomar clases para los principiantes.
Bellos entornos
Sin duda el ícono de Antofagasta es el monumento natural La Portada formado por por la erosión marina ubicado a 15 minutos al norte de la ciudad y paso obligado para tomar una fotografía. Más allá, a 78 kilómetros la playa de Mejillones, donde además de sus arenas blancas se pueden visitar edificios y museos históricos que recogen la historia de los pueblos que habitaron la zona como también el glorioso pasado salitrero.
Pero la estrella que brilla por si sola es el la comuna de San Pedro de Atacama, considerado como un oasis en pleno desierto y favorito de turistas europeos y de todas partes del mundo. El pueblo posee una amplia oferta de servicios de hotelería, gastronómicos y de actividades al aire libre, como salidas a las lagunas altiplánicas y rutas para recorrer en bicicleta. A pocos kilómetros el Valle de la Luna y el Valle de la Muerte sorprenden con sus panorámicas y formaciones rocosas. El Salar de Atacama y los Geiseres del Tatio también son parte del recorrido que no se deben dejar de conocer.