El apoyo del sector privado es fundamental para lograr este anhelo.
En el desarrollo de programas de reinserción
Las instituciones del Estado y los representantes del sector privado tienen una importante responsabilidad en materia de inclusión social, entre ellas las personas que actualmente están privadas de libertad.
La participación de las empresas en proyectos como los que realiza Espacio Mandela es esencial. El vínculo que nace entre las empresas y el Estado garantiza que estas iniciativas sean viables en el tiempo. El ofrecer trabajo a los internos, a través de los productos que ellos aprenden a construir en los Espacios Mandela, es dignificar y aportar para que ellos puedan tener las herramientas necesarias para su reintegración en la sociedad.
El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín Fernández, destacó en el marco del cuarto aniversario del Espacio Mandela el trabajo de reinserción que lidera este programa, siendo crucial para el funcionamiento de esta iniciativa la alianza público privada. “El Espacio Mandela se hace posible con la participación del sector privado, no sólo los necesitamos para generar instancias de capacitación y experiencias laborales de verdad, como las que se hacen aquí. También para que los internos cuando salgan en libertad o de los Espacios Mandela puedan encontrar reales oportunidades de trabajo. Aquí la alianza del sector público, de los distintos organismos del Estado, gremios empresariales y de la sociedad civil hace posible el éxito de la política de reinserción que esperamos impulsar en los próximos años”, dice el titular de Justicia.
Alejandro Arévalo Sarce, subdirector técnico de Gendarmería explica que de acuerdo a la ley orgánica de Gendarmería de Chile, este organismo tiene entre sus funciones, el contribuir a la reinserción social, siendo necesario hacer un esfuerzo mancomunado con organismos públicos e instituciones privadas, empresas y la academia para permitir que las personas privadas de libertad salgan de la situación de exclusión y marginalidad. “En este contexto, las empresas se transforman en un promotor con efecto multiplicador de la seguridad pública, al abrir sus puertas para que personas que estaban recluidas, puedan trabajar y generar recursos que les permitan satisfacer sus necesidades y las de su familia”, resalta.
Cooperativa Mandela
De acuerdo a Dominga Tomic Molina, gerenta de la Cooperativa Mandela, el contexto en el que surge la participación de las empresas es en la última etapa. En esta tercera fase, los internos participan del espacio productivo, haciendo muebles que se venden a empresas principalmente del rubro de la construcción.
En 2017, se creó una cooperativa llamada Mandela con el fin de que las personas privadas participen como socios. A través de la cooperativa, han invitado a empresas del rubro inmobiliario y del retail a comprometerse directamente con el problema de la reinserción, en este caso incorporándolos como proveedores a su cadena pro- ductiva. “Creemos que la única forma de enfrentar una problemática tan compleja como es la reinserción es a través de una alianza público privada, donde no sea sólo el Estado, sino también las empresas y organizaciones de la sociedad civil quienes tomen parte activa en la solución”.
La reinserción genera un uso eficiente de los costos sociales, pues disminuye la probabilidad de reincidencia, tiene un efecto positivo en la seguridad pública y genera mayores probabilidades que una persona reinsertada laboralmente logre una mayor permanencia en los puestos de trabajo”. Alejandro Fernández González, jefe división Reinserción Social.