España anuncia represalias “claras” ante “gesto hostil” de Buenos Aires
El canciller español dejó abierta la posibilidad de una ruptura diplomática a raíz del caso YPF. La UE criticó la “señal muy negativa” a los inversionistas de la decisión argentina.
R Hace menos de dos años, Cristina Fernández felicitaba a YPF por su contribución al abastecimiento de petróleo y gas en Argentina. Hoy, 16 meses después, la presidenta argentina dio un giro a su política energética al anunciar la nacionalización de la petrolera, controlada mayoritariamente por la española Repsol. La expropiación de la compañía motivó la inmediata reacción del gobierno de Mariano Rajoy, que incluso dejó abierta la posibilidad de una ruptura diplomática con Buenos Aires. Mientras, la Unión Europea (UE) apuntó a la “señal muy negativa” que la Casa Rosada da a los inversionistas con esta decisión.
El canciller español, José Manuel García-margallo, condenó “con absoluta energía” la expropiación de YPF, una decisión que calificó de “arbitraria” y “pésima”. En una comparecencia conjunta ante la prensa en Madrid, el titular de Industria, José Manuel Soria, calificó, además, la actuación del gobierno argentino de “gesto de hostilidad” y anunció medidas “claras y contundentes” para los próximos días, sin anunciar cuáles.
“Cualquier agresión violando el principio de seguridad jurídica a Repsol será tomada como una agresión por España, que adoptará las reacciones que sean oportunas y pedirá el apoyo que considere necesario a sus socios y aliados”, advirtió el canciller español, quien citó al embajador argentino en Madrid, Carlos Bettini, para transmitirle la “preocupación” por la situación de Repsol en el país.
Si bien García-margallo dijo que el gobierno de Rajoy “quiere llamar al diálogo y la
R negociación”, al mismo tiempo deslizó la posibilidad de una ruptura diplomática si el gobierno argentino avanza en la nacionalización de YPF. “La ruptura de la relación (bilateral) no sería sólo en términos económicos”, aseguró.
Menos d i p l o máti c o , e n cambio, fue el representante de España ante la UE, Iñigo Méndez de Vigo, quien afirmó: “Romper las reglas de juego tiene un costo y Argentina se va a convertir en un apestado (sic) internacional”. En el mismo tono, Repsol calificó la decisión de Buenos Aires de “manifiestamente ilícita y gravemente discriminatoria”.
El Ejecutivo de Madrid se puso en contacto con la Comisión Europea (CE) y las instituciones de la UE para dar cuenta “de esta arbitraria decisión” y para pedir que el Parlamento Europeo trate la expropiación en el pleno que celebra esta semana. Rajoy, que hoy emprende en México su primera visita a Latinoamérica como jefe del Ejecutivo, hará gestiones con los presidentes de este país y de Colombia, al que viajará luego, para recabar su apoyo.
“Del lado de España”
La Unión Europea no tardó en reaccionar. “Una toma de control forzada por parte del gobierno argentino será una señal muy negativa para los inversores, nacionales e internacionales, y podría dañar seriamente el ambiente de negocios en Argentina”, dijo el portavoz de comercio de la UE, John Clancy. No obstante, exhortó a Buenos Aires al diálogo, con el fin de lograr una s o l uc i ó n “d e mutuo acuerdo que no dañe el clima empresarial y las relaciones entre la UE y Argentina”.
La semana pasada, el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, envió un mensaje a la oficina de Fernández en el que mostraba su preocupación y pedía respeto a los compromisos del país con las inversiones extranjeras. Antes, la CE había hecho público que estaba “del lado de España” en esta polémica con Argentina, aunque reconocía que no cuenta con mecanismos jurídicos para presionar a la Casa Rosada.
Por su parte, fuentes de la Organización Mundial del Comercio (OMC) dijeron que el organismo sólo podría pronunciarse sobre la expropiación de YPF si la UE planteara una demanda, proceso que se prolongaría más de un año.
En México, en tanto, el secretario de Economía, Bruno Ferrari, advirtió que con esta medida Argentina se aleja de las coordenadas del progreso en América Latina, las cuales, dijo, “no están en el proteccionismo y la estatización”.