Grave retroceso para la economía de Argentina
La expropiación de YPF constituye un retorno a prácticas que dañan la imagen de América Latina, donde los intereses chilenos también se ven comprometidos.
L GOBIERNO argentino decidió enviar al Congreso un proyecto de ley para expropiar el 51% de las acciones de la petrolera YPF, filial de la española Repsol, un anuncio que generó gran revuelo no sólo en el ámbito interno, sino también a nivel internacional, reafirmando con ello el temor de que la política económica de Argentina está girando hacia un esquema autárquico marcado por la hostilidad hacia las inversiones extranjeras. Esta situación no sólo daña severamente la imagen de América Latina hacia el resto del mundo, sino también preocupa por los negativos efectos que una medida como ésta inevitablemente tendrá sobre la economía argentina. La incertidumbre jurídica que se crea tampoco puede dejar indiferente a Chile, pues las empresas nacionales han invertido en dicho país más de US$ 16 mil millones en los últimos 21 años. Recientemente las autoridades trasandinas caducaron los permisos de exploración que Enap había suscrito con YPF, sin que hasta ahora se conozca si habrá compensaciones. El gobierno chileno adelantó ayer que lo ocurrido con YPF afecta los interses nacionales, situación que lo obliga a permanecer muy vigilante. En su anuncio del lunes la Presidenta Cristina Fernández señaló que del total de acciones expropiadas, el 51% quedará en poder del Estado Nacional y el 49% restante irá a las provincias productoras de combustibles, declarando “de interés público nacional” la actividad de hidrocarburos. La mandataria había quedado en una incómoda posición cuando la semana pasada se filtró que su gobierno estaba preparando un proyecto expropiatorio de YPF. Fue llamativo que la presidenta tuviera que abandonar prematuramente la Cumbre de las Américas que se celebró en Colombia, lo que sugiere que esta decisión posiblemente tuvo que adelantarse. Lo cierto es que esta acción expropiatoria dejó al descubierto la fuerte hostilidad que parece permear al kichnerismo respecto de la inversión extranjera, con el agravante de que el gobierno parece estar dispuesto a escalar en una línea más extrema, cuyas prácticas comienzan a asemejarse a las utilizadas por otros países de la región. Una actitud como esta inevitablemente ahuyentará el interés por invertir en Argentina, justo en momentos en que el país necesita con urgencia capitales frescos, pues su acceso al financiamiento externo en la práctica está bloqueado tras el default de la década pasada. Medidas como la nacionalización de los fondos de pensiones privados o disponer de las reservas del Banco Central son evidencia del difícil cuadro que vive la economía transandina. Al promover la expropiación, las autoridades argentinas ignoran las advertencias formuladas por el gobierno español. Ayer, Madrid reaccionó contra lo que calificó como “una decisión hostil” por parte de Buenos Aires. Aunque por ahora la administración de Mariano Rajoy no ha entregado detalles sobre las represalias que evalúa tomar, es muy probable que busque la solidaridad de la Unión Europea, lo que puede agravar la posición argentina. En todo caso, esta disputa podría brindarle al presidente español una interesante oportunidad, pues su gobierno está experimentando las primeras señales de pérdida de apoyo. Un manejo eficiente y firme respecto de este caso podría afianzar su liderazgo interno y también trazar un precedente internacional.