Campanarios de la Catedral se convertirán en miradores públicos
Las dos torres que coronan la iglesia serán restauradas para que puedan ser visitadas por cualquier persona. Sus antiguas escaleras de acceso serán reemplazadas por unas más modernas y seguras, hechas de acero. Esta iniciativa es parte del mayor proyecto
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RR Apenas es mediodía y cientos de personas ya recorren la Catedral de Santiago. La mayoría son turistas extranjeros que toman l os tours por el casco histórico que organizan las agencias de viaje. Mientras lo espera un ciudadano brasileño, monseñor Juan de la Cruz Suárez cuenta desde el confesionario que este templo recibe diariamente más de 6.000 visitantes. “Vienen en grupos de hasta 50 personas”, asegura el deán de la Catedral.
El recorrido habitual que realizan incluye los altares, la cripta y los patios. Pronto s u mar á n un inédito atractivo a su ruta: los miradores de los campanarios. En las dos torres que coronan el edificio están las tres enormes campanas que antes repicaban con más frecuencia y que hoy se tocan sólo en ocasiones especiales. Ahí ingresan únicamente los sacristanes, pero desde 2014 estarán abiertas a todo el público.
El plan integral de restauración de la Catedral contempla la habilitación de miradores en las dos torres. Con el proyecto, estas estructuras serán reforzadas y acondicionadas para ser visitadas, a través de recorridos guiados.
Su acceso estará en uno de los patios interiores del recinto y la pequeña y antigua escalera, que hoy lleva a este lugar, será reemplazada por una más segura, hecha de acero y que tendrá un ancho de 2,1 metros.
Una vez al interior de los campanarios, las personas subirán a través de escaleras interiores en forma de caracol. Ahí podrán mirar justo de frente las antiguas campanas del templo.
El mayor atractivo es que tendrán la posibilidad de salir hasta los balcones inferiores de estas torres y, desde sus 30 metros de altura, disfrutar de una panorámica en 360º del casco histórico.
“Se ve la Plaza de Armas, el edificio de la municipalidad y el Portal Fernández Concha. Con estos miradores, la Catedral estará a la altura de las iglesias de Europa, donde la gente puede subir hasta las torres. En la Basílica de San Pedro, por ejemplo, se puede llegar hasta la cúpula y desde ahí ver todo Roma”, asegura monseñor Suárez.
El arquitecto encargado del proyecto, Jaime Migone, explica que el objetivo de estos miradores es “darle a la Catedral un significado cultural, que está desaprovechado. En la medida en que la gente conoce su patrimonio, lo valora
R millones de pesos es el monto que invertirá el MOP en la restauración del edificio. Ese año estuvo lista la remodelación en que se incorporaron las dos torres y la cúpula.
y lo cuida”.
Las dos iglesias
La Catedral que el arquitecto Joaquín Toesca construyó en 1780 no tenía la cúpula ni las dos torres. Estos tres elementos fueron incorporados un siglo más tarde, con la remodelación que hizo el italiano Ignacio Cremonesi.
“En el fondo, son dos iglesias, una arriba de la otra, y se sabe poco sobre eso”, afirma Migone.
Para distinguirlas, se creará un sistema de iluminación en la fachada que seña-
R lará qué hizo Toesca y qué es obra de Cremonesi.
“Esto se logrará a través de un juego de luces con un tratamiento de colores. De todos modos, será una iluminación sutil, con focos que ahorran energía”, precisa Migone.
Esta iniciativa también es parte del proyecto de restauración, la mayor intervención a la que ha sido sometido el edificio en los últimos 100 años.
Las obras incluyen el reforzamiento estructural del muro norte del recinto y una limpieza total de su piel ex- terior. En esta última labor se renovará gran parte de la ornamentación de la fachada y de las torres, que es de cal y cemento y se ha dañado con el tiempo.
El plan de remodelación partió en 2009 con el objetivo de terminar con el mal estado en que se encuentra la Catedral. Su diseño estaba listo en enero de 2009 y producto del terremoto debió ser actualizado.
Ahora, su ejecución está en manos del Ministerio de Obras Públicas, que llamará a licitación en los próximos cuatro meses.