Desafíos para el nuevo Consejo del Servicio Electoral
Es urgente agilizar la nominación del nuevo director del Servel y rectificar problemas ya identificados para evitar traspiés en los procesos electorales que se avecinan.
A QUEDADO constituido el nuevo consejo del Servicio Electoral (Servel), que componen Juan Emilio Cheyre, Alfredo Joignant, Patricio Santamaría, Gonzalo Molina y José Miguel Bulnes, luego que el Senado aprobara en conformidad a la ley la respectiva proposición presidencial. El consejo ha pasado a ser el órgano superior de dicho servicio y su creación forma parte de un conjunto de reformas para perfeccionar el sistema electoral, entre las que se incluye la inscripción automática, el voto voluntario y las primarias para definir candidatos de los partidos y conglomerados políticos. Se persigue con ello dar una mayor autonomía y respaldo al ente llamado a regir y organizar los procesos electorales y plebiscitarios, respecto de lo cual enfrenta el imperativo de mantener y acrecentar el alto nivel de prestigio y credibilidad de que ha gozado en nuestro país el sistema electoral, que cumple un rol clave en la democracia, y en lo que sin duda realizó un significativo aporte el director saliente, Juan Ignacio García, funcionario de extendida trayectoria y reconocido profesionalismo. Los desafíos que enfrenta de consejo son importantes y acuciantes, pues debe abordar una tarea modernizadora cuando han surgido dificultades en el proceso electoral, como quedó en evidencia en los recientes comicios municipales, como consecuencia de la construcción del nuevo padrón electoral para enfrentar la inscripción automática y la implantación de voto voluntario, y cuando el tiempo para hacerlo es escaso. En efecto, el Servel tendrá una participación fundamental en la organización y realización de las primarias el 30 de junio próximo, a las que seguirán en no- viembre de este año los comicios presidenciales y parlamentarios. Por consiguiente, no hay tiempo que perder ni espacio para traspiés adicionales. La función del consejo es de conducción superior y aprobación de políticas y normativas, correspondiendo la gestión al director del servicio, quien debe ser nombrado por aquel de una quina presentada por el Consejo de Alta Dirección Pública, lo cual supone un proceso complejo y que consumirá tiempo valioso. La ausencia de tal directivo, que es el llamado a ejecutar las decisiones del consejo del Servel y concretar la organización de una elección, puede tener efectos muy negativos en las próximas primarias y elecciones, de imprevisibles consecuencias para la salud de nuestra democracia. Por ello, cabría esperar que la Alta Dirección Pública otorgue la máxima celeridad y prioridad a esa selección. Incluso cabría considerar que en el proyecto de ley que el gobierno pretende enviar al Congreso para hacer los ajustes a la legislación vigente que se han evidenciado como necesarios para enfrentar apropiadamente los futuros procesos electorales, se proponga que por una vez el consejo del Servel podrá efectuar directamente la designación del director prescindiendo de la Alta Dirección Pública, la que pudiera durar el presente año y ser renovada el próximo, cumpliéndose entonces con el pertinente concurso. El establecimiento del consejo para conducir el Servel debe entenderse como una medida para fortalecer la democracia, por lo que se deben adoptar todas las medidas que garanticen su buen éxito y evitar una sensación de frustración por problemas derivados de su puesta en marcha y de lo ajustado de la agenda que se avecina.