Una estrella estrellada que poco a poco pierde respaldo
RR l ambiente en Sudáfrica, especialmente en Pretoria, no es el mismo desde el 14 de febrero.
La gente poco a poco se ha hecho su propia idea sobre lo que ocurrió la confusa noche en que murió Reeva Steempkamp a manos de la estrella sudafricana Oscar Pistorius. Pero esa denominación del atleta parece ir quedando en el pasado. En este momento, Pistorius sería más bien una “estrella estrellada”, que con el paso de los días va perdiendo el respaldo y la credibilidad de quienes antes lo consideraban un ídolo, en especial para los niños. Parece estar quedando solo.
La prensa ha publicado muchas filtraciones del caso, lo que ha llevado a los sudafricanos a descon- fiar de la veracidad en la versión del atleta paralímpico. Existe un manto de dudas sobre el ex medallista, que cada vez se hace más y más espeso. No obstante, caminando en la calle aún encuentras a alguien que lo considera un referente. Son minoría, pero aún existen y se aferran a esa idea. A la del hombre que hace seis meses atrás brillaba en los Juegos Olímpicos y como el símbolo de superación absoluta.
Hoy Pistorius es otro. Tiene un rostro desencajado, extraviado, vencido. Pareciera que está inmerso en una pesadilla; no entiende ni el cómo, ni el porqué de la situación. Más bien, nadie lo entiende.