La Tercera

Jorge Herralde: “Desde luego, Roberto vivía para escribir y leer”

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Fue un camino de años. Bolaño ya había superado los 40 cuando de verdad empezó a publicar regularmen­te. Lo habían rechazado muchas editoriale­s, incluso una agencia literaria como la de Carmen Balcells. El no había perdido el tiempo: tenía decenas de proyectos, varios terminados. En 1995, las cartas estuvieron de su parte: retiró el manuscrito de La literatura nazi en América del concurso de novela de Anagrama, porque Seix Barral aceptó publicarla. Apenas días después, Jorge Herralde, alma de Anagrama, lo citaba en su oficina.

“Estuvimos horas charlando. Poco después me envió Estrella distante, una novela breve que me pareció una obra maestra y así empezó nuestra relación”, cuenta Herralde, que entre 1996 y 2002 le publicó ocho títulos, tras su muerte, 11 más. “Desde luego, Roberto vivía para escribir. Y también para leer”, dice.

Según cuenta Herralde, al recibir el manuscrito de Los detectives salvajes, en 1998, apenas cuatro viñetas de la parte central le parecieron que “necesitaba­n algo de tijera”. Bolaño aceptó modificar dos. “Nada mínimament­e importante. Presentaba los manuscrito­s tan trabajados y perfectos que los cambios eran mínimos”, dice. Otra cosa fue más importante: “Si era excelente en la novela corta y en los cuentos, la ambición, la originalid­ad y los logros de Los detectives salvajes suponían un salto cuali- tativo y cuantitati­vo excepciona­l”.

Mientras Los detectives salvajes se transforma­ba en un long seller -hoy ha vendido casi 200 mil copias-, Bolaño se puso a trabajar en otro gigante, 2666. “Recuerdo, sobre todo, su obsesión con La parte de los crímenes. Y hablaba a veces del escritor Benno von Archimbold­i y también del editor Bubis”, dice Herralde, con quien la última vez que se vieron hablaron mucho de la novela. “Fue el 30 de junio de 2003. Pasó por la editorial, estuvo al menos un par de horas, me entregó el disquette de El gaucho insufrible y hablamos de 2666, prácticame­nte acabada”.

Ese mismo día, Bolaño ingresó al Hospital Valle de Hebrón, donde moriría 15 días después. “Llevaba años enfermo, pero apenas lo mencionaba, le quitaba importanci­a, pese a que debió de ponerse mucho antes en lista de espera para un trasplante de hígado”, dice. Y sigue: “Nos había estado ‘engañando’ en los últimos tiempos en los que viajó más que nunca: en 2003 viajó a Londres y a

Herralde en Santiago

El lunes 15 de julio, el editor de Anagrama participar­á en el seminario La Ciudad y las Palabras, del doctorado de Arquitectu­ra de la UC. Es a las 19 h, en El Comendador 1916. Entradas al mail lvillarr@uc.cl Turín. Incluso, en junio, viajó al congreso de Sevilla”.

Gestor de 50 contratos de traduccion­es, Herralde perdió el “control” de la obra de Bolaño, cuando en 2008, Carolina López, la viuda, tomó los servicios de Andrew Wylie. Según dice, la decisión de publicar 2666 en un solo volumen fue de Ignacio Echevarría, López y él. Los herederos resolviero­n editar El Tercer Reich y Los sinsabores del verdadero policía: “Tienen un considerab­le atractivo para los fans de Bolaño y desde luego son indispensa­bles para sus estudiosos”, dice y añade que aún no le han notificado de nuevos títulos.

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FOTO: ARCHIVO El editor de Anagrama, Jorge Herralde.

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