Desde su reclusión, Morsi inspira la revuelta contra el nuevo régimen
En junio de 2012, Mohamed Morsi fue electo con el 51,7% de los votos, en las primeras elecciones democráticas en Egipto luego de tres décadas del régimen de Hosni Mubarak. Una vez en el poder, el nuevo presidente egipcio y líder de los islamistas H e r ma n o s Mu s u l ma n e s elaboró una nueva Constitución sin consenso. Al año, el 3 de julio pasado, fue derrocado mediante un golpe cívico-militar.
Desde un comienzo, liberales y laicos acusaron a Morsi de abuso de poder. Pero ahora, hasta los mode- rados han solidarizado con los s i mpati z a n t e s d e los Hermanos Musulmanes debido a la brutal represión llevada a cabo por las fuerzas egipcias.
El ascenso de Morsi, que se encuentra detenido en dependencias del Ministerio de Defensa, representó todo un triunfo para los islamistas en medio de la Primavera Arabe. Y por eso no se resignan al derrocamiento de julio pasado. Es más. Ahora, tras el baño de sangre desatado en El Cairo y otras ciudades, los isl a mi s t a s h a n p r o met i d o venganza.
“Muchos (egipcios) objetan la brutal represión y sostienen que no se puede restablecer la estabilidad sin la participación de los islamistas en el proceso político. La renuncia de El Baradei fue el primer indicio de un resquebrajamiento en la posición del gobier-