Evalúan nuevo trasplante a menor de Chiloé de 85 días de edad
Clínica Las Condes informó que la lactante intervenida está estable tras recibir hígado. La bebé presenta exceso de calcio en su órgano, por lo que podría ser nuevamente operada.
En evaluación por parte del equipo médico de la Clínica Las Condes se mantiene un eventual nuevo trasplante de hígado a la menor J. M., de 85 días de vida, la receptora de órganos más joven del país.
La clínica donde está internada la menor -fue intervenida por un equipo de seis médicos, el 22 de julio pasado- informó por medio de un comunicado que la niña aún permanece en la Unidad de Tratamiento Intensivo Pediátrica. La paciente recibió el tejido de una donante de 47 años de Villarrica que había fallecido.
En el comunicado de la Clínica Las Condes se agregó que “la naturaleza de su intervención y los exámenes realizados a la menor, de actuales 84 días, definen un permanente monitoreo. Esta conducta se mantendrá y estaremos atentos a su evolución para definir conductas terapéuticas, entre ellas un potencial retrasplante”.
Durante esta semana se detectó que Javiera poseía un exceso de calcio en el órgano que recibió, situa- ción poco frecuente en los pacientes. Debido a ello, se evalúa que la menor sea receptora de un injerto nuevamente, pero esta vez de un donante vivo. Según fuentes médicas, el órgano podría ser procurado por uno de los padres. Por ello, sus parientes están siendo sometidos a exámenes de salud para analizar el nivel de compatibilidad.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, explicó ayer que “hace tres días (la niña) presentó un deterioro, del cual está mejorando. Sin embargo, hay elementos de juicio que hacen pensar que ella va a necesitar un nuevo trasplante sin urgencia”.
Añadió que el estado de Javiera es “tranquilizador, pero, insisto, hay preocupación hacia el futuro con ese injerto y es posible que haya que hacer cosas al r e s pecto ( . . . ) . Se debería mantener un tiempo (con el órgano), pero el equipo médico tiene que evaluar opciones para el futuro”.
Los padres -quienes viven en la isla de Chiloé- se mantienen en Santiago a la espera de conocer la evolución de la niña.