El matrimonio que enseña a los apoderados cómo tratar a los hijos
En 50 escuelas se capacitó a apoderados para que guíen al resto en la crianza de los niños. Hace dos años, Jacqueline y Víctor son monitores y reciben a otros padres incluso en su casa.
Este es el escenario: un grupo de 30 padres durante una reunión de apoderados. Frente a ellos, Jacqueline Mesa (38) escribe en la pizarra: “¿Cómo es mi fami l i a ? ” . L u e g o , reparte unos folletos y cada uno debe describir a su núcleo f a mi l i a r . Al final, todos comparten su experiencia y aplican juegos para conocerse mejor. Después de 40 minutos, comienza la reunión, esta vez dirigida por la profesora, quien entrega l os informes de notas de cada alumno.
Al igual que Jacqueline, apoderada del Colegio Los Alerces, de Maipú, cientos de padres replican la misma dinámica en 50 escuelas de enseñanza básica. Se trata del programa “Aprender en Familia”, creado por Fundación CAP, que ha impactado a 26 mil alumnos y sus familias.
El programa comenzó a aplicarse desde 2010 en 12 e s c uel a s municipal e s e n Caldera, Huasco, Vallenar y Talcahuano, y en la actualidad está presente en 50 establecimientos ubicados en las regiones de Atacama, Coquimbo, Metropolitana y Biobío.
En él, los apoderados, formados c o mo monit o r e s , entregan herramientas al resto para que aprendan a resolver conflictos con sus hijos, identificar su tipo de aprendizaje e, incluso, cómo hablar de sexualidad
“Cuando recibí la primera clase, en 2011, me encantó cómo trabajaban la motivación y te hacían sentir que uno puede aportar a la formación de tus hijos”, dice Jacqueline.
Tanto fue su entusiasmo por participar que incluso su esposo, Víctor Roa (41), se sumó a la iniciativa y hoy lleva más de dos años haciendo lo mismo. “Antes no me l l a maba l a a t e nc i ó n, pero un día tuve que hacerlo por reemplazo y me encantó. Te involucras mucho y te das cuenta cómo vas llegando al resto de los papás”, señala Víctor.
El programa tiene una duración de tres años en cada establecimiento. Cada apoderado-monitor posee un libro para hacer sus clases, además de folletos.
Para Jacqueline y Víctor, la experiencia ha sido clave. Ninguno terminó la ens e ñ a n z a medi a y a mbos empezaron a trabajar a los 16 años. Víctor, quien trabaja en una feria libre de Maipú, confiesa que “incluso hay padres que vienen a visitarnos a la casa para pedirnos consejos. Tienes que dar el ejemplo en la sala de clases, pero también dentro de tu casa. Nosotros hemos mejorado mucho l a c o munic a c i ó n