La fórmula de los Hurtado para ganar terreno en el mercado del cemento y el hormigón
En casi tres años, BSA ha alcanzado 17% del mercado local de hormigón premezclado. La meta es 25% de participación en 2020 por la vía orgánica, pero evaluarán oportunidades de compra.
Con casi tres años en el mercado y una participación en hormigón premezclado de 17%, Cementos BSA sigue atenta todas las variables del sector que les permitan ganar terreno a las tres grandes del rubro -Cementos Bío Bío, Melón y Cemento Polpaicoy a los otros actores que se han sumado a la pelea.
La empresa -que en 2012 facturó cerca de US$ 150 millones- se formó en octubre de 2010, cuando los Hurtado Vicuña adquirieron Cemen- tos Búfalo a la norteamericana Allied. La firma hormigonera llevaba cuatro años en el país y tenía 2% del mercado.
Julio Solar, gerente general de BSA, explica que el proyecto es formar una empresa cementera sobre la base de clínker importado, para evit ar l os altos costos en energía del proceso requerido para llegar a ese insumo. P e r o c o mo c o n s t r u i r las plantas de molienda y fabricar el cemento toma tiempo, partieron i mport á n d o l o ; esto les ha resultado rentable, dados los bajos precios de los productores asiáticos y el ciclo de reducidos costos de flete (contratan barcos completos).
Sin embargo, Solar advierte que la importación de cemento tiene un tope: “En volúmenes muy grandes, la logística se hace inmanejable, dado que viene en bolsas”.
Por ello, siguen adelante con el plan de construir dos plantas de molienda: una en Quilicura, de US$ 70 millones, y otra en Coronel, de US$ 25 millones, las que debieran estar operativas en 2015, al igual que un terminal de des- carga de clínker en puerto Central, con una inversión de US$ 15 millones. Esto, como parte de una estrategia para lograr 25% de participación de mercado a 2020.
“La idea es alcanzar este porcentaje en forma orgánica. Pero si durante el camino que queda aparecen otras opciones que agreguen valor, naturalmente las deberemos evaluar”, responde escueto, al ser consultado por rumores de que estarían sondeando una compra.
El año pasado, la empresa invirtió unos US$ 60 millo- nes y, durante 2013, la cifra bordearía los US$ 100 millones.
Para el presente ejercicio ajustaron las proyecciones de facturación a US$ 170 millones: “Vemos una desaceleración en la construcción, por lo que el consumo de cemento debería caer. Estimamos que este año el crecimiento del sector sería menor a 1%, versus un aumento de aproximadamente 10% en 2012”.
Recuerda que en 2010 se vendieron en el país 4,2 millones de toneladas de cemento, las que en 2011 subieron a cinco millones y en 2012 a 5,6 millones. El 40% del cemento en Chile es consumido por las empresas hormigoneras; otro 40% se vende en las cadenas de retail y ferreterías, y 20% va directamente a las constructoras.
Sobre las claves que les han permitido convertirse en un actor relevante en este rubro, dice que si bien en el cemento la competencia se da por precio -como en todo commodity-, en hormigón premezclado gana el que ofrece el mejor servicio. Y eso pasa por vender un producto de buena calidad, contar con una importante y moderna flota de camiones, y tener plantas bien ubicadas, para llegar a tiempo a las obras.
“Nosotros estamos de Arica a Castro con 25 plantas hormigoneras y tenemos unos 320 camiones”, detalla. Y agrega: “Fuimos los primeros en asumir que, con los altos costos de energía y logística y la escasez de caliza, es más razonable traer clínker de afuera e instalar molinos”. A su juicio, se está agotando el antiguo modelo de negocio y en el mediano plazo todas las compañías tomarán esta dirección.