Su enemigo íntimo
maniáticos, soñadores y más. En ficción y no ficción. Pero siempre puede sorprender. Por ejemplo, cuando dice ahora, con su mejor cara, que “los libros que he escrito van a sobrevivir a mis películas”.
Distendido y sonriente, a tono con los días veraniegos en curso, el cineasta septuagenario llegó al mediodía del jueves a la Casorella, un palazzo del siglo XVI y, tras saludar amablemente, quedó dispuesto a oír preguntas. Pero también a tomar la iniciativa. A hablar, por ejemplo, de su más reciente película, que no tiene la estampa de sus clásicos, pero que se estrenó hace una semana en YouTube y ya ha sido vista por cientos de miles. From one second to the next es un documental de 35 minutos , financiado por una telefónica de EEUU, que muestra casos de víctimas de quienes envían mensajes de textos mientras conducen sus vehículos, lo que causa más de 100 mil accidentes anuales en dicho país.
Herzog, que desde fines de los 90 vive en Los Angeles, dice que “nunca podremos cuantificar los accidentes que se prevendrán gracias a la pel í c ul a , por que no puedes cuantificar estadísticamente los no-acontecimientos. Pero creo que un solo accidente que se evite hace que esto valga la pena”.
¿Herzog al servicio de la comunidad? Se podría decir. Aunque no todos lo crean: c ue nt a e l muniqués q ue mientras veía el caso de una condenada a muerte para On death row, una fiscal le reprochó el querer “humanizarla”, a lo que él contestó: “No quiero humanizarla. Ella es humana y punto”. Y agrega que en parte hizo la serie porque está contra la pena de muerte: “Ningún estado tiene derecho a matar a alguien por ninguna razón”.
La producción reciente del realizador incluye el documental La caverna de los sueños olvidados (2010), su única cinta en 3D, formato que considera innecesario para la mayor parte de las películas. Pero no para ésta: “Los pintores rupestres utilizaron la dinámica de las paredes en beneficio de la expresión. Una protuberancia en la roca, por ejemplo, es el cuello de un bisonte que se te aproxima. Ahí me quedó claro que tenía que ser en 3D”.
“En los últimos 10 años he hecho cinco películas de fic- ción, probablemente más que el promedio de los cineastas, y mis próximas cinco o seis también lo serán”, agrega. Pero aprovecha de aclarar: “No tengo un plan para mi carrera, ni ando preguntándome si debería hacer ficción o no ficción. Para mí, todas son películas. (…) No soy de los que aún están tratando de hacer cinema vérité. Estoy buscando algo más y por eso veo el límite entre ficción y no ficción, la mayor parte del tiempo, como algo más bien vago”.
El futuro
El prontuario herzoniano dice que es el único cineasta que ha rodado en los cinco continentes. También que en 1974 caminó entre Múnich y París para ver a la historiadora Lotte Eisner en su lecho de muerte. Lo más sabroso, sin embargo, parece estar en su anecdotario de amor y odio con Klaus Kinski, protagonista de Aguirre, Fitzcarraldo y otras ( ver recuadro). Pero estas historias no le parecen hoy significativas: “Si el actor es una pestilencia en el set, no tiene importancia. Marlon Brando fue siempre una pestilencia, pero a nadie le importa eso cuando ves Nido de ratas. Lo que queda son las películas; lo que pasa en el set es absolutamente irrelevante”.
Dicho lo anterior, el propio Herzog se prodigó contando anécdotas horas más tarde. Fue una masterclass del festival, donde dijo que pensó protagonizar Fitzcarraldo. Y agregó:“Nunca pensé que Kinski podría interpretar a Fitzcarraldo. Es como un caballo que está bien para las carreras cortas, pero no para correr 15 kilómetros”.
También habló de la inutilidad de las escuelas de cine, mostró el arranque de Viva Zapata! (“una de mis películas favoritas”) y explicó que lo eligieron para ser la némesis de Tom Cruise en Jack Reacher (2012), porque “necesitaban a alguien que pareciera peligroso sin decir nada”.
También habló del futuro. Dijo que Queen of the desert, su proyecto acerca de la escritora y viajera Gertrude Bell, está a la espera de hacer coincidir los tiempos de los actores ( James Franco y Naomi Watts). Y anticipó, para quienes critican la ausencia de protagónicos femeninos en sus cintas, que hay dos películas “inminentes” cuyos personajes principales son mujeres. “Es un territorio nuevo para mí”.
A la larga, Werner Herzog no esquivó en Locarno el anecdotario enjundioso de su relación con el fallecido Klaus Kinski, sinónimo de tormentosa colaboración creativa. Las historias de amenazas, insultos y violencia entre ambos se remontan al rodaje de Aguirre, la ira de Dios (1972). En su autobiografía, Kinski lo trató de lo peor (“maligno, sádico, cobarde, farsante”), Kinski como conquistador. lo que según Herzog fue una maniobra publicitaria de ambos. Y más tarde el cineasta se hizo cargo en el documental Mi enemigo íntimo (1999). Ahora contó que Kinski no Como un atormentado vampiro. fue su primera opción para Fitzcarraldo (1982). Que quiso a Jason Robards, pero que los médicos del estadounidense se lo prohibieron. Por último, regala una adverten- cia a los jóvenes cineastas: “Si van a trabajar con alguien como Kinski, nunca, nunca, nunca le muestren nada de lo que estén grabando durante el rodaje”.