La teleserie que ahora emite Canal 13 viene acompañada de una banda sonora excepcional.
soundtrack, la rotunda supremacía del cancionero brasileño en la región. Aunque en Chile tengamos que esperar el arribo de una producción dramática para recordarlo.
Marisa Monte (46 años, Río de Janeiro), por ejemplo, es la cantautora más importante de su generación y no sólo a título personal. Su proyecto Tribalistas (2002-2003), junto a Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown, vendió cerca de dos millones de copias en el mundo y fue ampliamente replicado en radios locales a través de sencillos como Velha infância. Depois, la hermosa canción que suena en Avenida Brasil, está incluida en su octavo álbum como solista, uno que ha presentado en Europa y hasta en Argentina, en junio pasado. Sin embar- go, y aquí lo curioso de esta suerte de admiración pasiva que existe en Chile por el gigante sudamericano, ella nunca ha visitado el país.
Tampoco Seu Jorge (43), uno de los embajadores más visibles de la nueva canción carioca, ni María Rita (35), la hija de Elis Regina que en 2003 debutó con un disco homónimo que alcanzó el millón de copias vendidas. Omisiones sensibles para un país que delira con sus mentadas “deudas musicales” (y que cree que son todas anglosajonas), pero que no parece in- quietarse con la ausencia de los músicos que están más cerca y que vienen del mismo país al que admiran por sus playas, el fútbol y la “buena onda”.
Hay más teorías. Desde la más trivial (la distancia por el cerco idiomático) hasta la más comercial (que se nutren de su propio mercado y no necesitan salir para ganar más audiencias). Pero la feroz simpatía que despiertan estas canciones en Chile demuestran que allí hay un potencial de masividad que merece más vitrina que la teleserie de moda.