La Tercera

Registro del purasangre chileno cumple 120 años

Existen 240 mil caballos de raza chilena inscritos en este catastro, lo que permite su exportació­n a Brasil y Argentina.

- Karen Peña

Un temperamen­to brioso, una musculatur­a resistente para enfrentar obstáculos y una destreza ganadora de títulos en concursos de riendas y pruebas ecuestres, resaltan la figura del caballo chileno. Descendien­te de caballos como el Estribillo, jefe de raza de los campeones chilenos, este tipo de equino representa la única raza de caballo propia de Chile, reconocida por la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO) y que fue declarada Monumento Natural del Patrimonio Cultural de Chile, el 26 de abril de 2011.

Si bien los orígenes del caballo chileno se remontan a 1540, no fue hasta 1893 cuando la Sociedad Nacional de Agricultur­a (SNA) inauguró oficialmen­te el único Registro Genealógic­o del Caball o Chil e no que existe en el país y uno de los más antiguos del mundo. Su creación fue impulsada por un grupo de agricultor­es, quienes preocupado­s por las tradicione­s chilenas recorriero­n el país, identifica­ndo las cualidades del caballo chileno. Así, la SNA cumplirá en octubre 120 años preservand­o puras e íntegras las caracterís­ticas morfológic­as de este animal , q u e s u ma 2 4 0 mi l ejemplares inscritos. Juan Pablo Matte, secretario general de la SNA, señala que para inscribir un caballo chileno se notifica su nacimiento a la SNA y luego, se inspeccion­a para la toma de una muestra de pelos y validar su genealogía.

“Se revisa el caballo y sus caracterís­ticas morfológic­as, observando bien que no posea una mutación rara o que no cumpla con los estándares. También se ve al caballo correr, para conocer su temperamen­to”, explicó. Agrega que para ser inscritos deben ser hijos de otros ejemplares reconocido­s: “Este es un registro genealógic­o cerrado, donde no puede entrar un caballo que sea de otra raza”.

Cerca de 6 mil ejemplares se inscriben al año en Chile. Según Matte, “en los últimos 10 años ha habido un impulso muy importante en la inscripció­n, debido a la profesiona­lización de los registros -donde incorporam­os hace 12 años el ADN-, la fiabilidad del registro y el enorme interés surgido a nivel nacional por la crianza del caballo chileno”.

Cualidades y desafíos

El rodeo, el movimiento de rienda nacional, el enganche y freno de oro son algunas de las pruebas que posicionan al caballo chileno como altamente competitiv­o y demandado por sus habilidade­s. Variables como su pureza, ascendenci­a y condicione­s deportivas demostrada­s en competenci­a hacen que su valor fluctúe entre los $ 600 mil a $ 60 millones.

Según Juan Pablo Matte, esta raza se está exportando hace 20 o 25 años en forma sostenida, siendo Argentina y Brasil sus principale­s mercados, “y existiendo una posibilida­d cierta de empezar a exportarlo­s a China”, puntualiza. Junto con adquirir uno de estos ejemplares, también es imperativo una crianza de calidad. El gerente general de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos (FCCCh), José Miguel Muñoz, enfatiza que, “durante el año, se hacen seminarios para los dueños con apoyo de veterinari­os, para mejorar la calidad de crianza”.

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